LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El sujeto del milagro peruano
Nunca en nuestra historia hubo un sector privado tan poderoso y masificado.
La desaceleración económica produce curiosas interpretaciones acerca del modelo económico peruano. Algunos señalan que el “modelo neoliberal” ha llegado a su fin por la caída de los precios de los commodities y plantean un nuevo modelo de desarrollo, pero no nos dicen en qué consiste la propuesta. Quizá en Tierra y Libertad se atreven a cruzar el Rubicón cuando por allí se señala que solo se debe crecer a 2% anual y renunciar a la explotación de nuestros recursos naturales. Pero, en general, nadie habla de elevar aranceles, de controlar precios, de horadar las fortalezas macroeconómicas o de otras barbaridades del pasado. A lo mejor se alienta un tímido estatismo con la famosa diversificación económica desde arriba, pero nada más.
¿Por qué el debate se desarrolla en estos términos? Por la sencilla razón de que no existe alternativa. Si alguien cruza el Rubicón económico se encuentra con las tragedias de Venezuela y Argentina donde hasta las medicinas están racionadas. Sin embargo una de las claves de cualquier reflexión sobre el tema se vincula con el crecimiento de la inversión privada. En la última década el aporte privado crecía en más dos dígitos anualmente, pero cayó en 2% el 2014. El modelo peruano se basó en un alto nivel de inversión (más de 25% del PBI), del cual el 80% era privado. Ese modelo redujo la pobreza del 60% de la población a algo más del 20% y nadie se equivoca si sostiene que el sujeto del milagro económico peruano ha sido el empresariado.
En este contexto, ¿por qué cae la inversión privada? Si es por el descenso de los precios de los commodities no hay nada qué hacer. Pero si en el Perú están paralizados US$ 20,OOO millones de dólares en proyectos mineros, entonces, vale repetir con Vallejo, hermanos hay muchísimo que hacer. En los últimos años, los precios del oro y el cobre han caído en cerca de 25%, pero en la última década aumentaron en más de 100%. Por ejemplo, si la Southern Perú persiste en el proyecto Tía María pese al abandono del Estado y la prédica del radicalismo anti minero es porque hay rentabilidad en el proyecto, o, ¿no?
Las terribles señales que envió el nacionalismo a los mercados en los primeros dos años de administración, la exacerbación del radicalismo antiminero con el abandono estatal y la indiferencia de las autoridades, la tramitología que ha convertido a una de las economías más abiertas de la región en una de las más burocráticas, y la ausencia de un espacio público constructivo, de una u otra manera, explican la caída de la inversión privada.
Nunca en la historia del país hubo un sector privado tan poderoso y tan masificado o “democratizado”. Quizá en la sociedad oligárquica hubo un potente aporte privado, pero la propiedad estaba demasiado concentrada en unas cuantas familias. Hoy el sector privado es la expresión de corporaciones nacionales y extranjeras y millones de pequeños empresarios que emergen en los mercados populares. Allí está, pues, el sujeto del ahora agonizante milagro peruano. Alguna vez Marx vinculó la democracia a una burguesía poderosa. Parece que no se equivocó. La democracia y la libertad en el Perú persisten no obstante la ausencia de partidos. Quizá el mundo empresarial explique la persistencia institucional.
Por Víctor Andrés Ponce
1 - May - 2015
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