LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El papel de Castañeda y PPK
El centro es el mejor antídoto contra las estrategias autoritarias polarizadoras.
Del llamado diálogo nacional convocado por el gobierno el lunes pasado, aparte de la sorpresiva reorganización de la DINI nacionalista, vale destacar la asistencia del alcalde Luis Castañeda y de PPK. Cualquiera sea el ángulo de enfoque, el peso de ambos sobrepasaba largamente a los demás asistentes. De allí la necesidad de analizar el papel de los dos líderes en medio de las polarizaciones de la caballería nacionalista que ataca sin cuartel al fujimorismo y el aprismo.
La conducta de Castañeda y PPK permite vislumbrar el intento de organizar un centro, de un espacio de tregua, en medio de los campos de batalla. ¿Semejante posicionamiento es favorable a la democracia? Creemos que sí, al margen de que el gobierno sea la fuente de los enfrentamientos y el origen de todas las potenciales crisis de gobernabilidad.
Cuando los autoritarismos fomentan las polarizaciones, generalmente, pretenden que todos los enfoques y los ángulos adquieren los colores del blanco y el negro. Semejante escenario es la anulación de las equidistancias y, de una u otra manera, los enemigos de la democracia consiguen que la gente opte solo entre dos opciones. Salvando las distancias con el caso peruano, es lo que sucede en Venezuela, Ecuador y Bolivia, y semejante estrategia no solo sirve para llegar al poder, sino, sobre todo, para mantenerse en él en contra de la Constitución y las leyes.
Por eso el perfil de Castañeda y PPK puede ser de tremenda utilidad para garantizar el cronograma electoral hacia el 2016, un cronograma que, a veces, parece ensombrecido por las investigaciones contra Nadine Heredia y los despropósitos de los ministros encargados de pechar a los líderes de oposición, hoy convertidos en una especie de caballería que galopa y embiste sin reparos.
Es evidente que Castañeda busca el centro porque cualquier gestión exitosa de la comuna limeña demanda un adecuado entendimiento con la Casa de Pizarro. Los años y la experiencia le han permitido entender a uno de los alcaldes más populares de la historia del país que caer en los enfrentamientos estériles de su antecesora, Susana Villarán, solo es la antesala de los fracasos.
En el caso del líder de Perú Más, todo parece señalar que PPK ha entendido que debe desarrollar un perfil absolutamente diferente a Keiko Fujimori y Alan García si es que pretende desarrollar una oferta electoral atractiva. El tiempo nos indicará la certeza de la intuición pepekausista.
En todo caso, lo relevante es empezar a atisbar que, en medio de las tensiones de los extremos, en el centro del escenario podría engrosarse un espacio interesante que ayude significativamente a mantener la gobernabilidad. Pero también esa zona de tregua es el mejor antídoto en contra de las estrategias autoritarias que intentan pintar un escenario público con solo dos colores excluyentes. Lo importante es que el papel de Castañeda y PPK represente un movimiento proactivo a favor de amenguar la polarización. Por ejemplo, ambos deberían exigir que el diálogo continúe, pero garantizando la presencia del Apra y el fujimorismo. Allí residiría la potencia y la maestría de un centro democrático en el país.
Por Víctor Andrés Ponce
11 - Feb - 2015
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