LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Dilemas para el 2016
7% de Urresti es clara demostración de que hay espacio para lo desconocido
En la última encuesta nacional urbana rural de Ipsos Perú, Keiko Fujimori lidera de la intención de voto para el 2016 con 33% , trepando 3 puntos con respecto a un sondeo anterior. Luego aparecen PPK y Alan García, pero en las simulaciones de segunda vuelta, la lideresa de Fuerza Popular vence a ambos con cierta facilidad. En política y en estadísticas es casi imposible proyectar lo que no existe. Induce al error. A nuestro entender el fujimorismo la tiene bastante difícil en caso de enfrentar a PPK o a García en una segunda ronda, porque si no hay estrategia correcta el anti se desplegará como un huracán.
En el mismo sondeo, cuando se le pregunta a los encuestados por una eventual candidatura de Daniel Urresti, el ministro del Interior se ubica en el cuarto lugar con 7% en las preferencias. ¿Qué nos pueden indicar estas cifras?
Por un lado nos señalan que el horizonte electoral de aquí al 2016 podría moverse en un escenario en el que predominará un elenco estable de figuras que, de una u otra manera, han contribuido a consolidar la democracia post Fujimori, donde ya se han desarrollado tres procesos electorales sin interrupciones y se avanza hacia el cuarto. Hasta hoy, Keiko, PPK y Alan son las representaciones de esa voluntad de conservar lo que tenemos. En todo caso, allí está la encuesta para absolver cualquier interrogante.
Sin embargo el 2016, de ninguna manera, será un lecho de rosas para quienes pretenden preservar las vigas maestras del modelo político y económico. El nacionalismo ha embrutecido de tal manera el espacio público que la política parece haberse autonomizado de la economía de una manera radical. La política es un campo de ataques y cadáveres y no tiene nada que ver con el crecimiento. El electorado no establece los vínculos de la expansión económica, la reducción de la pobreza y el incremento del bienestar con ese ramillete de figuras que nos podrían llevar a hablar de un elenco público estable.
Es el divorcio entre política y economía lo que convierte al escenario electoral en demasiado volátil y en terreno fértil para cualquier aventura. El 7% de Urresti es la clara demostración de que hay espacio para lo desconocido. Así estamos en la estrella de América Latina que el nacionalismo comenzó a apagar el 2014.
Pero la misma encuesta de Ypsos confirma que es altamente probable que Keiko sea una de las protagonistas de la segunda vuelta electoral. Ese dato por sí solo resucitará el humo negro del anti fujimorismo, el principal partido de la última década que ha elegido a Toledo y a Humala como jefes de Estado.
Es decir, el horizonte electoral hacia el 2016 podría definirse entre un elenco estable de personalidades o entre uno de ellos y un outsider, pero, tal como van las cosas, la polarización entre fujimorismo y anti fujimorismo atravesará todos los posicionamientos y objetivos. Cada actor tendrá sus estrategias y tácticas alrededor de estos alineamientos que se expresarán con diferente intensidad en la primera y la segunda ronda.
Probablemente el fujimorismo se sentiría más cómodo enfrentando en una eventual segunda vuelta al outsider indescifrable, porque lograría el milagro de agrupar a la mayoría del país, que busca conservar el modelo político y económico, detrás de la candidatura de Fuerza Popular. En los casos de PPK y García las cifras nos indican que sus mayores posibilidades de llegar a la Casa de Pizarro residen en que se imponga el escenario de las figuras estables. Ambos tienen un enorme margen de maniobra en una segunda vuelta frente a Keiko.
A medida que se acerca el cronograma electoral los hechos nos indican que, en una democracia sin partidos, todo puede suceder. Hasta que regrese el perpetuo outsider que, otra vez, ponga en vilo a la libertad.
Por Víctor Andrés Ponce
(15 - dic - 2014)
COMENTARIOS