LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Argentina decide conservar su tragedia
Sergio Massa del peronismo supera a Javier Milei
Al cierre de esta edición y con cerca del 80% de las mesas escrutadas en las elecciones nacionales de Argentina, el candidato del peronismo Sergio Massa alcanzaba el 35% de los sufragios; Javier Milei, de Libertad Avanza, sumaba el 20% de las adhesiones; y Patricia Bullrich, de la centro derecha tradicional, alcanzaba el 23% de los votos. Los resultados, pues, establecían la inevitable segunda vuelta y los pronósticos eran imposibles.
Una primera aproximación nos indica que la mayoría del electorado decidió conservar el estado de cosas en Argentina, no obstante que cualquier negativa al cambio solo significa una inflación descontrolada y el constante aumento de la pobreza que afecta a más del 40% de los argentinos.
Ahora bien, ¿cómo un electorado puede optar por conservar la tragedia económica que destroza a una sociedad que debería estar entre las primeras de los países emergentes? Es evidente que a Javier Milei le pasó la factura la falta de experiencia política. De alguna manera, el candidato de Libertad Avanza no fue capaz de virar hacia el centro para atraer los votos de la centro derecha y seguir erosionando las posibilidades de Massa. Milei no quiso renunciar a ser Milei y, en ese camino, quizá le faltó más flexibilidad táctica para interpretar la cultura y los humores del electorado.
En ese contexto, la candidata Bullrich se desmoronó en los debates electorales y comenzó a dejar el camino libre a Massa para que capitalice al electorado que empezaba a observar que el cambio de Milei podía ser una enorme interrogante o la posibilidad de “un abismo” (pese a que Argentina ya está en fondo de los infiernos).
¿Cuáles son las tendencias que se dibujan hacia el ballotage de noviembre? Es imposible predecirlo, más allá de que las tendencias se configuren abiertas. En realidad, la victoria de la segunda vuelta se definirá hacia el centro. Por ejemplo, si Milei pretende hacerse con la victoria debería entender que el Milei de las elecciones PASO y de la primera vuelta debe mutar hacia uno que afirme el cambio, las reformas, pero con posibilidad de desarrollar pactos y diferentes acuerdos. El motivo: evitar las interrogantes que le permitieron a Massa, ministro de Economía de la debacle económica de Argentina, conseguir el primer lugar en la votación.
Igualmente, si Massa quiere dirigirse al centro, alguna crítica deberá desarrollar en contra del modelo de controles y regulaciones de precios y mercados. Y sobre todo, en contra del estado empleador que se consume en planillas toda la riqueza que produce la sociedad argentina. El humor de protesta que representa Milei en esta primera fase de las elecciones nacionales y su incansable batalla cultural a favor de las libertades económicas deben tener algún efecto sobre la cultura política que ha destruido la grandeza de Argentina.
Y, como se dice, un último apunte final: es evidente que la aparición de un intelectual caudillo no basta para enfrentar a una de las maquinarias mercantilistas más poderosas de la región. Se necesita una gesta cultural de infinidad de actores y movimientos políticos organizados.
Vale recordar que casi todos los empresarios argentinos, casi todos los sindicatos y la mayoría de la sociedad parecen respirar el viejo estatismo mercantilista que empobrece a los pueblos. Cambiar ese universo cultural será una verdadera épica.
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