LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Alan se viste de izquierda
Oposición a reforma laboral nos anuncia que ya empezó campaña del 2016
Alan García y el Apra sorprendieron ayer a tirios y troyanos vistiéndose con los colores y las armas de la izquierda o, para ser más directos, del eterno populismo que reaparece con la cercanía de los cronogramas electorales. El líder aprista se opuso a la reciente ley que flexibiliza el régimen laboral para contratar a jóvenes entre 18 y 24 años. Y cuando Alejandro Toledo, ahogado por el caso Ecoteva, imitó a García en un afán de presentarse como candidato en carrera, entonces, la cosa quedó clara.
Es evidente que García se ha propuesto cubrir la geografía de la izquierda para ponerle apellido a su candidatura e intentar desplazar a PPK de la segunda ubicación en la que aparece en todos los sondeos. Quizá en el aprismo se haya entendido que semejante posicionamiento es el camino más seguro para tentar la segunda vuelta. Con este movimiento en el tablero se buscaría que PPK y la propia Keiko Fujimori aparezcan en la orilla derecha.
Los argumentos en contra de la legislación laboral para los jóvenes no son serios. Se dice, por ejemplo, que se anulan derechos laborales. Veamos: si cerca del 80% de los trabajadores, particularmente los jóvenes, trabaja en la informalidad, ¿de qué derechos laborales se habla? También se dice que “las grandes empresas despedirán trabajadores para contratar jóvenes sin derechos”. De nuevo: si la ley es solo para jóvenes de 18 a 24 años, que no tienen capacitación ni preparación, que no hayan estado en planilla, ¿se imagina usted a una empresa minera despidiendo trabajadores calificados para contratar a muchachos que trabajan por primera vez y solo van a aprender. ¡Una locura!
Algo más. Se dice que la flexibilización laboral de las Pymes no funciona porque en ese sector no se ha incrementado el empleo formal. Esto es inexacto: la formalización se combate con mejores leyes laborales, pero principalmente con una reforma tributaria integral. ¿O no? En síntesis, la estrategia electoral pura que nos recuerda nuestros problemas de cultura política.
La reacción de García nos indica que ya hemos entrado de lleno a la campaña electoral del 2016 y que, de una u otra manera, la posibilidad de cualquier reforma pro mercado, pro inversión, se angosta considerablemente. Un gobierno nacionalista acorralado por las denuncias contra la cúpula palaciega y los principales líderes concentrados en cómo posicionarse electoralmente es el peor escenario para concretar las reformas que necesita el Perú para enfrentar la desaceleración económica y restablecer la confianza en los mercados.
Los analistas y observadores de buena voluntad señalaban que en las últimas medidas del MEF faltaba la reforma laboral porque, según diversos rankings, el Perú tiene una de las economías más sobrerreguladas en ese aspecto. La ley laboral para jóvenes es en realidad una reforma demasiado tímida, demasiado temporal, pero con la guerra que han iniciado los candidatos sobre el tema es imposible siquiera avizorar cualquier cambio.
García y Toledo no parecen conocer al Perú emergente donde bullen mercados populares y pequeñas empresas que demandan una reforma laboral junto a una audaz reforma tributaria. Ese es el gran problema de la política peruana: políticos divorciados del Perú real. Quizá una marcha multitudinaria de los pequeños empresarios en contra de los dinosaurios y cascarones de la CGTP motivaría a que los líderes reajusten sus estrategias. Si alguien quiere ganar las elecciones, ¿por qué no ensaya la representación de ese país que emerge? Sería una verdadera revolución.
Por Víctor Andrés Ponce
17 - dic - 2014
COMENTARIOS