Jorge Morelli

Su hora bajo el Cielo

Su hora bajo el Cielo
Jorge Morelli
18 de febrero del 2015

Cuatro cambios, pero sigue el responsable del derrumbe de la inversión minera.                 

Urresti, Figallo y Mayorga dejaron el gabinete de Ana Jara. “Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere tiene su hora bajo el Cielo”, escribió Ana Jara en las redes, citando al Eclesiastés. Es de suponer que los tres fueron echados por la Primera Ministra.

Las causas están claras. Luego de que Urresti anunciara a los medios que la Policía iría a Pichanaki sin armas de fuego, aparecieron en todos los medios las imágenes de policías haciendo uso de las armas que causaron la muerte de un estudiante. Keiko Fujimori escribió en las redes que “recurrir a la mentira para luego pedir disculpas es una falta de respeto”. Urresti pediría luego un perdón insincero y se negaría a renunciar, pese a reconocer su responsabilidad política. Nadie había llevado el debate a niveles inéditos de grosería. Nadie había socavado el piso a un Premier con igual descaro. Claramente, la explosión de alegría de Ana Jara tiene fundados motivos.

Igualmente, los ahora exministros Mayorga y Figallo fueron enviados a Pichanaki a hacer control de daños político, y terminaron de rodillas ante una dirigencia radical. Ante la población enardecida, dieron tres días de plazo a una empresa privada para irse de la zona. La empresa ya había concluido el trabajo en el lugar, que era solo de exploración. ¿Y el gobierno aparece haciendo la farsa de echarla?

Por el sainete trágico de Pichanaki renuncia no solo el ministro del Interior, ni únicamente el de Justicia –que avaló el atentado contra el Estado de Derecho-, sino el de Energía, que se reveló como alguien sin muchos principios. Mayorga fue acusado de conflicto de intereses. El conflicto que debió librar en el cargo es en el que capituló. Fue con el titular del Ambiente, cuyo proteccionismo ambiental miope y desmedido detenía las inversiones en el país.

Ante la ambiguedad del gobierno en tomar la decisión política en esa pugna sorda, Mayorga terminó en Pichanaki pasándose a las filas de la demagogia. Permanece en el gabinete, en cambio, Manuel Pulgar-Vidal. Sin pena ni gloria, por la puerta falsa se escapa de la espada flamígera de Ana Jara el principal responsable del derrumbe de la inversión minera y energética en el país y del recrudecimiento de los conflictos azuzados por el radicalismo antisistema durante estos años.

Se han ido varios agentes nocivos del retroceso del país, pero en el gabinete aún quedan otros escondidos de la justicia bíblica de Ana Jara.

Jorge Morelli (@jorgemorelli1)

18 - Feb - 2015

 
Jorge Morelli
18 de febrero del 2015

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