Victor Robles Sosa

Porcón y la mezquindad

Porcón y la mezquindad
Victor Robles Sosa
24 de marzo del 2015

Sobre la experiencia exitosa de Porcón para erradicar la pobreza en los Andes.

Hace unos días conocí Porcón, uno de los mayores atractivos turísticos de Cajamarca por la belleza majestuosa de su enorme bosque de pinos: 10,200 hectáreas cubiertas por unos 14 millones de árboles. Pero me llamó la atención de igual manera el nivel de vida de sus campesinos: bien vestidos, bien alimentados, vehículos propios, y sus casas espaciosas de dos pisos con todas las comodidades: televisores digitales, laptops, tablets, smartphones, televisión por cable, internet inalámbrico,. Tienen además buenas escuelas, buenos servicios públicos, etc.

¿Cómo han alcanzado ese nivel de vida? Haciendo empresa con disciplina y trabajo. Están cosechando, literalmente, lo que empezaron a sembrar hace unas cuatro décadas con la ayuda de la cooperación belga. Durante años tuvieron que vivir de la crianza de animales, la agricultura y la ganadería, por eso también la conocen como “la granja Porcón”.

Hoy la Empresa Cooperativa Atahualpa Jerusalén -su nombre oficial- es un emporio maderero que exporta tablones de pino. También provee de madera al norte del país y ha iniciado hace poco una línea de producción de muebles. Tiene sus propios aserraderos y talleres de carpintería.

Su segunda fuente de ingresos es el turismo. Mucho turistas visitan cada día su bosque y su zoológico que exhibe faisanes dorados, leones, osos, gansos, avestruces, etc. Otras fuentes de ingresos son la venta de hongos comestibles -que crecen en la temporada de lluvias al pie de los pinos- y de derivados lácteos que producen ellos mismos: yogur, quesos, manjarblanco, mantequilla, etc.

Porcón tiene 1,200 habitantes, pero solo unos 40 son socios de la empresa. Todos ellos comparten la misma religión -son evangélicos- y también la misma visión empresarial: “transformar todas las materias primas que poseemos y alcanzar el máximo valor agregado de éstas y satisfacer las exigencias de la demanda nacional e internacional logrando un mercado segmentado con valores y una cultura organizacional que permita el desarrollo sostenible del hombre…”.

Las semillas de los pinos fueron traídas de Europa por la cooperación belga, que los asesoró en el sembrado y mantenimiento. Luego, con su esfuerzo diario, los comuneros poblaron de árboles las 10,200 hectáreas de montañas que hoy vemos.

Otro factor que contribuye al éxito de Porcón es la buena relación con su vecina, la mina Yanacocha, que le proporciona electricidad y le compra madera y productos lácteos. Esta buena vecindad demuestra que la actividad forestal, agrícola y ganadera pueden convivir con la minería en concordia y en beneficio mutuo.

Si la experiencia de Porcón se hubiese extendido, la pobreza extrema ya habría sido erradicada de la sierra o estaría en vías de serlo. ¿El estado asumió esta tarea? Sí, lo hizo. A fines de los 90 el gobierno de Fujimori creó el Proyecto Sierra Verde, pero la mezquindad política lo paró. Tenía dos etapas y en cada una se sembraría con pinos cinco millones de Has. Una muestra de Sierra Verde se puede ver hoy en Lomo Largo, Huancayo.

Se compró numerosos tractores equipados para operar en las montañas altas, cuyos suelos son muy duros por el frío extremo. La idea era abrir surcos de un metro de profundidad que reciban y guarden las aguas de las lluvias, y plantar después arbustos de pino. Entre zanja y zanja se sembraría pastos para ganadería, y los Andes se convertirían en grandes reservorios naturales de agua.

Lamentablemente el proyecto fue abandonado por el ex presidente Alejandro Toledo, quien creyó que si lo continuaba beneficiaría políticamente a quien consideraba su “enemigo político”. ¿Acaso esto era más importante que rescatar de la pobreza extrema a millones de campesinos que viven en nuestros Andes?

El actual gobierno y el anterior tampoco mostraron interés en retomar Sierra Verde, al parecer por la misma “razón”. Ojalá que el próximo lo haga o sino que la iniciativa privada lo asuma como un gran programa de responsabilidad social.

 

Por Víctor Robles Sosa

24 - Mar - 2015    

Victor Robles Sosa
24 de marzo del 2015

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