María Cecilia Villegas

Pobreza

Pobreza
María Cecilia Villegas
12 de mayo del 2016

Hoy uno de cada 4.5 peruanos vive bajo la línea de pobreza

Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dio a conocer las cifras oficiales de pobreza para el 2015. Pese al magro crecimiento económico experimentado los últimos dos años, el Perú habría logrado reducir la pobreza monetaria a un 22%. ¿Qué significa esto? Que hoy uno de cada 4.5 peruanos vive bajo la línea de la pobreza —es decir, que vive con menos de 315 soles al mes— y que hay cerca de siete millones de peruanos que no logran satisfacer sus necesidades mínimas. El Banco Mundial define la pobreza como “la incapacidad para alcanzar un nivel de vida mínimo”. Pero existen todavía 4% de peruanos que viven en la pobreza extrema. Esto es, que sobreviven con menos de 169 soles al mes.

De acuerdo con un estudio de Macroconsult, entre el 2004 y el 2015 se redujo la pobreza en 37 puntos porcentuales debido principalmente al efecto directo que tiene el crecimiento económico en el aumento de los ingresos y, en menor medida, a las políticas redistributivas (programas sociales). Sin embargo, la desaceleración económica habría ocasionado que en el 2014 y en el 2015 la mayor reducción de pobreza esté relacionada con las políticas redistributivas. Si bien la reducción de pobreza de la última década debe ser rescatada y celebrada, la reducción se ha ralentizado. Es decir si entre el 2004 y el 2011 se lograba reducir la pobreza en cuatro puntos porcentuales por año, desde el 2013 se reduce en solo un punto por año.

Para poder entender la pobreza y diseñar políticas públicas dirigidas a reducirla es necesario entender dónde están los focos críticos. En el caso peruano, el 45% de la población rural vive en pobreza, comparado con un 15% de población urbana. Existen regiones del Perú donde la pobreza es bastante alta. Según datos del INEI, Cajamarca, Huancavelica, Amazonas, Ayacucho y Apurímac son las regiones con mayores niveles de pobreza. El 52% de los cajamarquinos vive por debajo de la línea de pobreza, mientras que en Huancavelica es el 45%, en Amazonas el 42%, en Ayacucho 41% y en Apurímac 39%. Es precisamente en esas regiones donde se concentra la desnutrición crónica infantil (DCI). En Huancavelica el 42% de los niños sufren DCI, mientras en Cajamarca es el 35%, en Huánuco 29%, en Apurímac 29% y en Ayacucho 28%.

Es más, la data del INEI muestra que existen distritos como Omacha, en Cusco, donde las cifras de desnutrición llega al 80%. Un niño desnutrido no desarrollará capacidades cognitivas y, por lo tanto, más adelante tendrá muchas dificultades para entender, aprender y memorizar. Tampoco desarrollará aptitudes técnicas, lo que reducirá sus posibilidades de escapar de las trampas de pobreza y ser absorbido por el mercado, resultando en un lastre económico para el país. Esta es una muestra de la disparidad existente entre las regiones y los distritos del país. Según cifras del Banco Mundial, 50,000 millones de dólares se pierden anualmente, a nivel mundial, como consecuencia del efecto de la anemia en la productividad de los países.

Quienes han logrado escapar de la pobreza son considerados la nueva clase media, pese a que carecen de acceso a salud, educación de calidad y empleo formal. Así, uno de los riesgos generados por la desaceleración económica es que quienes salieron de la pobreza puedan caer nuevamente en ella.

María Cecilia Villegas

 
María Cecilia Villegas
12 de mayo del 2016

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