Eduardo Zapata

¿PISA O PIZZA?

¿PISA O PIZZA?
Eduardo Zapata
08 de diciembre del 2016

No sé si sea consecuencia de nuestra mala educación,  pero al parecer estamos confundiendo PISA con PIZZA.

Pero el hecho es que de un tiempo a esta parte, constituye una obsesión perpetuar el momento en el cual un selfie de la prueba PISA constituye testimonio apetecible del  ´éxito educativo ´,  así como el ´dato´ de dónde se consigue la mejor pizza –selfie incluido, claro está- enriquece nuestra  autoestima de expertos  buscadores de ´huariques´ y, entonces, merecedores de socializaciones en las redes sociales.

Claro que sabemos –los que saben- que en ambos casos nuestros éxitos quedarán en las acariciadas redes sociales. Nos aplaudirán, claro está, aun cuando las mayorías ajenas a las redes permanezcan al margen del ´logro´ alcanzado.

En los últimos cuatro años se han diseñado hasta kits de solucionarios para las pruebas censales y las pruebas PISA. De por medio estaba el ´orgullo nacional´: se trataba de salir de los ignominiosos últimos lugares: “másqueseya” raspando. Y para ello –aparte de elaborar kits de solucionarios ad hoc para que los alumnos rindan bonito su prueba- amaestramos maestros y alumnos en la búsqueda de la respuesta correcta, ofrecimos recompensar a los profesores que obtuviesen mejores resultados, pero nada de esto ha logrado el efecto deseado.

Dado que contrario sensu a los constructivismos declarados se estaba optando por conductismos y amaestramientos –y ante los pobres resultados obtenidos- ironizamos en estas líneas hace mucho tiempo acerca de que en vez de costosas consultorías y costosos talleres de capacitación debió contratarse de frente al Kennel Club del Perú. Como están de moda las cuantificaciones y los expertos, el Kennel sí garantizaba resultados. Casi no hay perrito que no aprenda a ´dar la patita´ con sus métodos.

No sé si todo esto es parte de la reforma educativa escolar de la que tanto se habla y si es acaso aquella que merecemos los peruanos. El lector sacará sus conclusiones.

Sin embargo, y si esta es parte de la reforma educativa en marcha o si el señor ministro se queda o no, mejor sería que los alumnos aprendan a preparar una pizza. Allí habrá motivación, satisfacción y resultados. Y obviaremos un amaestramiento para una prueba PISA cuyos criterios están siendo cuestionados –si no abandonados- por países preocupados realmente por una ´educación de calidad´.

Ya hemos aludido en artículos anteriores a las insuficiencias probadamente científicas para la enseñanza de la lectura. El amaestramiento podrá –en el mejor de lo casos- hacernos subir algunos puntitos en la champions league educativa. Tal vez el inmediatismo de los resultados hasta nos impulse a marchas de solidaridad, pero en verdad, en verdad, estaremos lejos, muy lejos, de transitar y alcanzar una lectura capaz de producir sentido. Y de eso se trata. 

Por: Eduardo Zapata Saldaña      

Eduardo Zapata
08 de diciembre del 2016

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