Mar Mounier

Momento de ser justos

Momento de ser justos
Mar Mounier
17 de noviembre del 2014

A propósito de las acusaciones contra los militares que combatieron al terrorismo

En este artículo va un pequeño homenaje a cada militar injustamente perseguido y apresado en el Perú, especialmente para los condenados a 19 años de prisión hace unos días, como el coronel EP. Frank Krklec. Como él, miles de valientes cumplieron su compromiso con la sociedad defendiendo nuestros derechos ante los asesinos terroristas, cuando los hoy autodenominados “defensores de derechos humanos” se escondían en sus oficinas, en sus redacciones y en sus autos blindados. Sin embargo, muchos héroes anónimos tienen como único agradecimiento una celda, y sus vidas y la de sus familiares separadas y destruidas. Otros sobreviven en la clandestinidad y muchos más en el exilio, teniendo como condena la más injusta indiferencia de la sociedad.

Como el terrorismo no se hizo del gobierno por las armas, tenía que lograrlo utilizando el "político correctismo", engañando a la opinión pública. Han sido muy hábiles en reorganizarse, captar adeptos y reajustar su agenda. ¿Su propósito? Conquistar el poder. Los enemigos del Perú entonces, además de Sendero Luminoso y el MRTA, son hoy los terroristas políticos de cuello y corbata que montaron un aparato inquisidor para deslegitimar, desmembrar y destruir a nuestras Fuerzas Armadas. ¿Cómo fue posible esta realidad? Por nuestra incapacidad para identificar al enemigo.

Estos nuevos terroristas políticos se insertaron “de contrabando” en un gobierno de transición; luego con un discurso “derecho-humanista” y eco-marxista (marxismo verde) astutamente maquillado, se declararon representantes de la sociedad civil. Nació así la “nueva reserva moral” del Perú, con la consigna de desmembrar las FF.AA sin levantar sospechas.

Recabaron fondos afuera con el disfraz de “activistas”. Después organizaron el aparato legal que sostiene su cacería de brujas. La “dictadura” de Fujimori es su justificación. Repitieron hasta hartarse “el ejército es innecesario y abusivo, los militares son una mafia”. Embaucaron a la opinión pública inventando medias verdades en una CVR legitimada por “reconciliadores” pro-terroristas, y confundieron al pueblo con lo “innecesario de seguir manteniendo las FF.AA. cuando hay tantos niños sin comer”. Impusieron políticas para reducir el gasto de las FF.AA. a niveles ridículos, limitando así su eficiencia y efectividad.

Ante la ciudadanía empezó el desprestigio, se ninguneó los ascensos, se redujo el servicio militar a una triste opción. Después vino la “guerra jurídica”, en la que jueces torcidos no se cansan de condenar a nuestros militares motivados por “partidas especiales” de “incentivos” para quienes condenen. Y para hacer creíbles los juicios se inventan testigos. Así lograron encarcelar al líder de la guerra contra el terrorismo. Y después de él vino el acoso y encarcelamiento a ex ministros, militares y colaboradores. Todos, desde aquellos de alto rango hasta el subalterno que enfrentó emboscadas terroristas. Todos pasaron por la hoguera.

Ni siquiera en los días de la Guerra del Pacífico las Fuerzas Armadas pasaron por peor momento. Si mañana alguna fuerza extranjera invadiera el Perú nos agarraría con los pantalones abajo. Recordemos, los países no tienen amigos sino intereses. Por otro lado, últimamente han aparecido banderas con la hoz y el martillo en varios lugares, como mal augurio de una nueva época de tragedias.

Es hora que entendamos e internalicemos esta realidad: el peor enemigo de un peruano no es simplemente otro peruano. El peor enemigo es el peruano sin memoria, gratitud ni conciencia. Que no sea demasiado tarde cuando la patria y nuestros hijos nos pasen la factura. Es momento de ser justos dándole a nuestras FFAA y policiales el sitial y el reconocimiento que se merecen.

Mar Mounier (El Hígado de Marita)
(17 - nov - 2014)

Mar Mounier
17 de noviembre del 2014

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