Jorge Nieto Montesinos

El son de la calle

El son de la calle
Jorge Nieto Montesinos
23 de diciembre del 2014

A necesidad de lograr un consenso para un primer pacto nacional, por el empleo

Una ventaja involuntaria de ciertas situaciones críticas es que muestran la estructura moral de una sociedad, o cuando menos de un sector de ella, con una nitidez extraordinaria. Así ha ocurrido con la rebautizada Ley Pulpín.

Había dicho que el tiempo para reformas fue abdicado. Lo hizo el propio presidente. Y lo ratificó con un discurso polarizador de réditos inmediatos y de aislamiento seguro. Allí estamos. ¿Debe sorprender que esta situación le esté pasando la factura a la iniciativa de la tecnocracia del Ministerio de Economía? Mírese la diferencia con Obama. Después de perder las elecciones legislativas y pasar a ser minoría en el Congreso alcanzó tres acuerdos sorpresivos usando exclusivamente sus prerrogativas presidenciales: el de regularización migratoria, el climático con China, el político con Cuba. Recuperó la iniciativa creando hechos que dependían solo de su acción. El Congreso pagará el costo de validarlas o echarlas para atrás. Humala, en cambio, para sostener lo que quiere, no es autónomo, depende de un Congreso y una oposición a los que ataca un día sí y otro también. Salvo que ocurra un milagro navideño, toda la vida de la ley es la que le dan las fiestas decembrinas.

El MEF no puede reconstruir los puentes que la presidencia destruye. Al parecer, tampoco interesa. Suficiente es imponer la verdad técnica. En eso están hace años. Desde que se inició el proceso de desregulación laboral y de recorte de derechos muchos de los cuales, es cierto, tenían vida solo en el papel. Y algunos, también es verdad, consecuencias económicas insostenibles. Pero aquí las rutas de las reformas liberales no fueron las del diálogo tripartito, como en España, Portugal, Italia y la Europa nórdica, si no la de la imposición autoritaria. En democracia se mueven con la torpeza que hemos visto. Cero información, cero consenso. ¿No habría sido bueno por ejemplo que hicieran un balance de cómo otras iniciativas similares ayudaron a la formalización y a la creación de empleo? ¿Aunque solo sea para confesar que no lo hicieron y argüir alguna razón por la que esta sí lo hará? ¿Alguna cifra? ¿Un cuadrito estadístico siquiera? ¿Consenso? No. La misma política Made in MEF.

Y más que lo hecho por nuestros políticos sorprende la sorpresa de algunos comentaristas que los descubren acomodaticios, oportunistas, calculadores, cínicos… ¡Novedad!... El neocentroizquierdismo tiene ahora una formación audaz: la señora Fujimori, el señor García, el señor Toledo, el señor Kuszynski. Los cuatro… fantásticos! Al primer son de la calle todos se han puesto a bailar frenéticamente. Dice mucho de ellos. Mucho. Y hace un poco de gracia. Aunque algunos no hayan mostrado ninguna. Señaladamente el señor PPK, que esta vez ha lucido desorientado y confuso, con la edad en los reflejos. Ese mismo son callejero, juvenil, lúdico, ha logrado de pasada una desautorización de la señora Jara al general (r) Urresti, a quien ha tenido que recordarle la Constitución. También en el gobierno hay baile electoral.

Los jóvenes movilizados han puesto en evidencia a todo nuestro staff público. No es poca cosa. No se si allí han estado los jóvenes trabajadores de las grandes tiendas, los de los servicios masivos, los de los services, los hoy desempleados, pero derogar la ley abriría un espacio para que todas esas voces se oigan. No solo las de los que pagan la planilla. Para que esto no termine en un primer acto del proceso electoral. Y sí en el primer pacto nacional por el empleo. Consenso democrático… como si fuéramos primer mundo!

Por Jorge Nieto Montesinos

(23 - dic - 2014)

Jorge Nieto Montesinos
23 de diciembre del 2014

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