Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Días atrás se publicó una carta dirigida a los funcionarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (Minjus), de una denominada Asociación de Mujeres Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas de Chumbivilcas, junto a otra organización conocida como Grupo de Seguimiento a las Reparaciones por Esterilizaciones Forzadas (GREF), integrada por diversas oenegés feministas y de izquierda. La carta reprochaba al Minjus su negativa a implementar “una política de reparaciones integrales a las víctimas de esterilizaciones forzadas”. Lo que quiere y reclama la izquierda es que desde el Estado se implemente “una reparación integral”; es decir resarcimientos económicos a quienes ellos denominan las “víctimas”.
Vale recordar que desde el Minjus en días previos se dejó claro “que no es de su competencia sino del sector que ejecutó dicha política”, y que “cualquier plazo para interponer demandas contra el Estado ya había prescrito”. La respuesta de este grupo de feministas, según indican en la misiva, será contundente y clara.
Como ya hemos explicado en anteriores ocasiones, la izquierda continúa dando martillazos al argumento acerca de que durante el fujimorato –entre 1996 y 2000– se desarrolló una “política de esterilizaciones forzadas”. Como todos sabemos, las supuestas esterilizaciones forzadas forman parte de un programa de control de la natalidad que fue apoyado por diversas oenegés y sectores de la propia izquierda.
Al respecto, además vale señalar que a través de una prolija investigación, publicada en el libro La verdad de una mentira, María Cecilia Villegas recogió documentos, testimonios e información de entidades estatales que revelan que las llamadas esterilizaciones forzadas solo representan una leyenda y una suma de imprecisiones, por decir lo menos. Villegas señala que durante el segundo gobierno de Alberto Fujimori, se implementó el Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar (1996-2000), un programa para el control de la natalidad impulsado por la izquierda en América Latina y que fue absolutamente voluntario.
El caso es que la izquierda continúa dando batalla con mentiras y en diversos frentes. Vale recordar también que una Asociación de Mujeres Peruanas Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas presentó en el 2018, en el Cusco, una querella judicial contra Alberto Fujimori. Según esta asociación existen 1,316 denunciantes, quienes son apoyadas y asesoradas legalmente por las mismas organizaciones de izquierda. El objetivo de las señaladas denunciantes no solo es ser reconocidas como víctimas, sino –desde luego– cobrar las indemnizaciones correspondientes. Y el 25 de junio pasado el Poder Judicial de Cusco aceptó la demanda. Otro frente más donde la izquierda obtiene una victoria.
La izquierda continuará desarrollando las narrativas e infamias sobre el supuesto programa de esterilizaciones forzadas que jamás existió, a pesar de las contundentes evidencias mostradas. Pero, ¿por qué la izquierda abre fuego en todos los frentes? Por la sencilla razón de que puede ganarlos y con ello recibir los jugosos resarcimientos. Asimismo, ganar la batalla cultural y perennizar al fujimorismo como los victimarios en una novela que ya dura más de dos décadas. Así estamos.
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