Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
La decisión de la autoridad electoral de no solicitar al Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) los padrones electorales para comprobar si en las actas con demandas de nulidad existen firmas falsas, ha generado un creciente malestar en diversos sectores que denuncian que las rúbricas de estos documentos han sido fraguadas. A nuestro entender se trata de una decisión que solo agrega sombras y nubarrones al dramático proceso de cómputo de cerca de medio millón de votos, cuando apenas décimas de un punto separan a los candidatos Pedro Castillo de Perú Libre y Keiko Fujimori de Fuerza Popular.
¿Por qué oponerse a revisar el padrón electoral si se trata de confirmar o negar la falsificación de firmas en varios centenares de actas que podrían definir la elección del jefe de Estado en esta segunda vuelta? No se trata de verificar en un padrón externo, sino que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), como ente rector del sistema electoral, puede ordenar el proceso y solicitar la colaboración del Reniec.
Algo más. Casi todos los reclamos en las solicitudes para contrastar las actas cuestionadas con el registro de votantes están acompañados de pericias grafotécnicas que confirman que se han fraguado firmas de ciudadanos. En este contexto, ¿qué puede argumentar la autoridad electoral para oponerse a verificar las señaladas pericias con el padrón electoral en donde aparecen las verdaderas firmas de los ciudadanos? Es inaceptable desde cualquier punto de vista.
Ante esta situación, ayer en conferencia de prensa, Fuerza Popular anunció que presentará un recurso de Hábeas Data que –de acuerdo a la Constitución, la ley general de Transparencia y el Código Procesal Constitucional– obliga a los organismos del Estado a entregar información en tiempo real. El encargado de este procedimiento será el reconocido constitucionalista y colaborador de este portal, Domingo García Belaunde.
En cualquier caso, es una verdadera paradoja que uno de los contendores de la segunda vuelta recurra a un Hábeas Data para obligar a la autoridad electoral a proporcionar información sobre hechos cuestionados y establecidos a través de pericias grafotécnicas. Debería suceder todo lo contrario; es decir, que la autoridad electoral, de oficio, ejercite este procedimiento con el padrón electoral para despejar cualquier duda.
De esta manera la autoridad electoral sigue cometiendo errores que enrarecen y polarizan más el tenso clima que se percibe luego de la segunda vuelta electoral.
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