Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Invocación al jefe de Estado a convocar a Keiko Fujimori
La semana pasada el pepekausismo levantó un monumento a la antipolítica desarrollando una estrategia que buscaba dividir a la mayoría legislativa mediante un supuesto enfrentamiento entre el ex presidente Fujimori y la lideresa de la oposición Keiko Fujimori. El amague pretendía presentar una negociación en curso entre el albertismo y el gobierno para modificar la situación carcelaria del ex jefe de Estado.
Finalmente, todo resultó una sórdida puesta en escena. Y entonces surgen las interrogantes: ¿Por qué se buscó humillar a los Fujimori de manera absolutamente innecesaria? ¿A quién se le ocurrió que la política debía bajar hasta el último sótano, buscando enfrentar a padre con hija y a hermano contra hermana? ¿Por qué se empujó al presidente Kuczynski y al vicepresidente Vizcarra a convertirse en arietes de la antipolítica?
La conducta del gobierno es de una irresponsabilidad total. Hoy es evidente que la polarización está al rojo vivo y que las leyes de la física acerca de la acción y la reacción se cumplirán. No sería nada extraño que otro ministro del pepekausismo pague los platos rotos de este juego. Semejante escenario es terrible para el futuro del país en momentos en que el crecimiento se lentifica, la inversión privada sigue cayendo y las expectativas por los retrasos en la rehabilitación y la reconstrucción del norte empiezan a acumularse.
No es posible que la administración pepekausa desarrolle un gobierno exitoso sin un nivel de entendimiento con el fujimorismo. No solo porque se necesitan sus votos en el Congreso para implementar reformas de segunda generación, sino también porque un gobierno extremadamente frágil como el actual requiere respaldo político.
Sin embargo PPK y su gobierno han optado por el camino contrario; es decir, cabalgar sobre la polarización entre fujimoristas y antifujimoristas. El resultado de este libreto ya es conocido: priorizar la emboscada y la conspiración antes que asumir las tareas de la gobernabilidad con la consiguiente caída libre de la popularidad. El abierto enfrentamiento entre algunos ministros del Gabinete, por ejemplo, es el resultado natural de esta lógica de la antipolítica.
Señor Presidente de la República, en su calidad de único magistrado elegido por el voto de todos los peruanos, usted está investido del poder y la soberanía suficientes para cambiar esta situación. Desde este portal le invocamos que convoque a una cumbre con Keiko Fujimori que, según los resultados de las últimas elecciones nacionales, es la lideresa de la oposición. Si usted desarrollara ese gesto estaría en condiciones de cambiar el curso de colisión al que parecen avanzar el Ejecutivo y el Legislativo, luego de esta terrible semana en la que se impuso la antipolítica, con todas sus mayúsculas y minúsculas.
Señor presidente, la convocatoria a la lideresa de la oposición es lo que sucedería en cualquier democracia con cierta salud, tal como usted lo sabe. Buscar que un Ejecutivo con la tercera bancada legislativa se entienda con la mayoría absoluta del Congreso sería el objetivo de cualquier estadista, político o partido de una democracia longeva. Finalmente, para hacer ese tipo de cosas se inventó la democracia y la política moderna.
Por favor, señor presidente, no oiga a los antifujimoristas que se han trepado a su gobierno, porque esos asesores y ministros solo justifican su razón de ser con la confrontación, con la priorización de la conspiración antes que las reformas y la gobernabilidad. Y una cosa más presidente Kuczynski: es su gobierno el que más necesita de este entendimiento con la mayoría legislativa. Por favor recuerde su historia y trayectoria personal, y se dará cuenta de que su deber es convocar a la lideresa de la oposición.
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