Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Es contundente la posición de los maestros de Cusco, Arequipa, Lambayeque, Pasco, Piura y otras regiones del país, quienes se niegan a acatar el paro convocado para el 25 de octubre por el radicalismo magisterial que lidera Pedro Castillo . Es más, Ernesto Meza —secretario general del SUTEP Cusco —le ha dicho a este portal que la paralización de clases en los colegios sólo servirá para medir y apuntalar fuerzas políticas, objetivo claramente electoral, “para aprovechar la coyuntura”.
Al respecto vale recordar que en la pasada huelga magisterial, que puso en peligro el año escolar de millones de escolares, el Sute Cusco empezó la ola de protestas e, incluso, lideró el bloqueo del Corredor Minero del Sur. Hoy, por el contrario, el diálogo desarrollado por el Ministerio de Educación parece rendir sus primeros frutos.
El sector de Castillo en el SUTEP se ha planteado un objetivo principal: conseguir el reconocimiento sindical del Estado para desplazar a Patria Roja de la interlocución con el Ejecutivo. En ese camino se propone desmontar la política meritocrática en la escuela pública y radicalizar las medidas de lucha. Aun cuando existen cuestionamientos centrales contra la legitimidad de Castillo como dirigente magisterial, su protagonismo es real por haber creado un Comité Nacional de Lucha reconocido por amplios sectores de maestros.
Castillo persiste en la estrategia radical, no obstante que él y otros dirigentes del magisterio se han reunido con el ministro de Educación, Idel Vexler, con quien trataron algunos temas sobre la posibilidad de los reembolsos de los sueldos descontados a los docentes siempre y cuando los maestros garanticen la recuperación del año escolar hoy en peligro. De lo contrario, no habría acuerdo alguno.
De otro lado, en política nada es casualidad. Y Castillo hace política. La contienda electoral del 2018 —para elegir alcaldes locales y gobernadores regionales— está en la ruta hacia el 2021 y servirá para medir las fuerzas políticas mirando el Bicentenario. El paro del SUTEP, tanto como las movilizaciones de las nuevas organizaciones de ronderos, juegan un papel vital en la órbita antisistema para el próximo año.
El paro del 25 de octubre no es una casualidad, es parte de una estrategia que sigue una ruta ideológica muy marcada. Como se sabe Castillo es militante del MAS de Gregorio Santos y, como parte de la estrategia antisistema de este sector, se ha propuesto arrebatarle cuadros afiliados a Patria Roja en el magisterio. Esa es la razón del enfrentamiento sindical entre el SUTEP que controla Patria Roja y el SUTEP del Comité Nacional de Lucha y Reconstrucción (Conare).
Castillo en el MAS antiminero se moverá como pez en el agua. ¿Por qué piquetes de profesores en huelga del Sute Cusco en el paro regional del pasado mes de julio, bloquearon las carreteras de acceso en Espinar y Chumbivilcas, exigiendo que se les pagara la llamada “deuda social”? La respuesta no es otra que paralizar los proyectos mineros Las Bambas, Constancia y Antapaccay.
Como se aprecia, el paro del 25 no tiene el componente de mejoras salariales y laborales que se planteó en la pasada huelga, que duró más de 50 días y que afectó a la mayoría de escolares pobres del país que asisten a la escuela pública. El objetivo del nuevo paro es largamente político. Sin embargo el daño contra los niños pobres es irreparable, porque cualquier plan de recuperación de clases será siempre insuficiente.
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