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Ha trascendido que la empresa Macusani Yellowcake SAC (MYC), que proyecta una inversión de US$ 860 millones para explotar 4.7 millones de toneladas de carbonato de litio en Puno, interpondrá una demanda contencioso-administrativa en contra de las resoluciones del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) y del Consejo Nacional de Minería. El motivo: haber anulado, por leguleyadas administrativas, 32 concesiones que tenía MYC.
Como ya hemos informado en este portal, Macusani Yellowcake SAC —cuya principal accionista es la multinacional canadiense Plato Energy Metal— cuenta con 151 concesiones que abarcan 93,000 hectáreas. Sin embargo, MYC había adquirido concesiones con más de 12 años de vigencia, y algunas de ellas tenían penalidades por falta de inversiones mínimas. Las señaladas penalidades se trasladaron al adquiriente; es decir, a MYC. Por esta razón Macusani Yellowcake debía pagar US$ 2 millones en penalidades. No obstante, la empresa gestionó ante las autoridades la exclusión de las penas y la solicitud fue aceptada.
En este contexto, MYC debía pagar una UIT por cada una de las 32 concesiones excluidas. El mismo día que las penalidades fueron excluidas MYC pagó el monto correspondiente; sin embargo, por temas administrativos y cuestiones de minutos, el Ingemmet y el Consejo de Minería retiraron la titularidad de MYC de las concesiones señaladas.
Ante esta situación, en Macusani Yellowcake SAC se ha decidido iniciar estos procesos administrativos contenciosos contra las autoridades estatales. Lo más grave es que la inversión US$ 18 millones que proyectaba MYC para convertir recursos en reservas e iniciar el Estudio de Impacto Ambiental está paralizada. Cuando todo indica que la economía no crecerá por encima del 2.5% en el 2019, ¿cómo es posible que la burocracia y la interminable tramitología paralicen las inversiones? ¿Acaso no se entiende que el litio es uno de los metales más valiosos para el futuro?
El litio es uno de los elementos centrales que se utilizará para fabricar las baterías de los teléfonos inteligentes, autopartes de los motores eléctricos y diversos productos que forman parte de la IV Revolución industrial. Debido a su escasez en el planeta, el litio tenderá a aumentar su precio a medida que se incremente la producción de los objetos de la nueva revolución industrial. Para entender la magnitud de las cosas, cabe señalar que el valor de las 4.7 millones de toneladas de carbonato de litio se proyecta en US$ 50,000 millones de dólares. El precio actual de la tonelada es de US$ 10,000 luego de haber sobrepasado los US$ 12,000.
Pero eso no es todo. Si bien el Perú tiene 4.7 millones en reservas de carbonato de litio y Bolivia 9.2 millones, las posibilidades de nuestro país son largamente superiores a las del estado altiplánico. ¿Por qué? Bolivia solo puede extraer un 35% de sus reservas, porque la explotación se produce en un salar (desiertos de sal). Igualmente, las reservas de Chile y Argentina también están en salares. En el caso del Perú, las reservas están en suelo firme y la explotación del litio no enfrentará las restricciones ni los problemas ambientales que generan los salares.
Cuando en el Perú todavía hay seis millones de pobres, cuando las proyecciones del crecimiento indican que no alcanzará para seguir reduciendo pobreza, la conducta de la burocracia contra las inversiones representa un acto de indolencia y frivolidad incalificable.
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