Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Luego de algunas semanas de llegar al poder ,y después de los anuncios de la asamblea constituyente y la designación del Gabinete Bellido, en la administración Castillo ha comenzado a surgir un relato, una explicación, sobre por qué la crisis económica y el incremento de los precios básicos. Una narrativa que comienza a ser recurrente y urgente porque, al parecer, en Palacio se ha entendido que la crisis de la economía puede terminar enterrando la viabilidad del Ejecutivo.
El relato pretende señalar que el incremento del precio del dólar y de los productos de la canasta básica tiene que ver con la conspiración y el sabotaje de las empresas privadas. De allí que el presidente Castillo desarrolle un discurso en contra de “supuestos monopolios” y deje entrever la posibilidad de instaurar el control de precios en los alimentos y en el gas. Asimismo, el propio mandatario habló de los “monopolios del oxígeno” en el preciso momento en que entregaba una planta de oxígeno donada por la minera Buenaventura.
En el Perú la crisis y el desconcierto económico tienen que ver con el anuncio del cambio de modelo económico que representa la convocatoria de una asamblea constituyente y la designación del Gabinete Bellido. Ante la decisión del Ejecutivo de promover la instauración de “una república plurinacional y con equidad de género”, los ciudadanos y las empresas se refugian en el dólar como una manera de salvar sus propiedades y sus ahorros. El dólar sube cuando debería estar a la baja por los superprecios del cobre, que benefician al Perú.
A estos hechos hay que sumar el incremento de los precios mundiales del petróleo, el gas, el maíz y el trigo, entre otros. El gobierno del señor Castillo, entonces, es el principal responsable del deterioro económico del país. El incremento de los precios de la canasta básica, simplemente, puede terminar enterrando cualquier nivel de popularidad.
En este contexto, Castillo comienza a liderar el relato del sabotaje empresarial y ataca a las empresas y al mercado en general. A nuestro entender es la semilla que se está sembrando para que, ante la posibilidad de la quiebra general del sector privado, la administración Castillo ensaye una política de expropiaciones y estatizaciones, sobre todo en las áreas de minería, gas y recursos naturales.
La nueva narrativa, pues, busca preservar la popularidad del Gobierno y sembrar para cosechar en algunos meses, cuando la crisis económica debilite la resistencia democrática y republicana.
Por todas estas consideraciones, llama la atención la falta de energía de la oposición en las calles y en el Congreso para defender al sector privado de los ataques de Castillo y la administración de Perú Libre. ¿Acaso no se entiende la indisoluble ligazón de la lucha por la libertad con la defensa del sector privado y la economía de mercado? ¿Acaso no se entiende que con la quiebra del sector privado desaparecerá la clase media que hoy marcha exigiendo el respeto a la Constitución y la defensa de las libertades? ¿Acaso no se entiende que luego de la quiebra del sector privado el hambre y la desesperación se dispararán, justificando todas las expropiaciones y estatizaciones?
De alguna manera en la oposición de hoy subsisten todos los errores de todos los actores de las elecciones pasadas que, de una u otra manera, han creado este momento dramático de nuestra historia. Igualmente también parece continuar en los líderes de la nueva oposición la influencia de los relatos comunistas sobre el neoliberalismo y las fáciles demonizaciones del empresariado y de los mercados.
En cualquier caso, es hora de corregir y entender que la defensa de la Constitución y las libertades es la misma defensa de la inversión privada, los mercados y la libertad económica. Mañana puede ser tarde.
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