La comisión de Constitución del Congreso de la R...
PPK y Keiko Fujimori se reunieron para organizar gobernabilidad
Una hora aproximadamente duró la reunión que desarrollaron el Presidente de la República y Keiko Fujimori en la residencia del cardenal Juan Luis Cipriani y, de pronto, las tensiones acumuladas cedieron paso a un clima de optimismo.
Luego de la censura al ex ministro Jaime Saavedra, de alguna manera, el pesimismo se apoderó de la mayoría de peruanos, porque la gobernabilidad del sistema democrático aparecía complicada. Sin embargo la convocatoria del cardenal Cipriani fue aceptada y PPK y Keiko, los dos principales líderes políticos del país, se reunieron y comenzaron a organizar la necesaria e imprescindible gobernabilidad. No existe otra manera de que la democracia funcione, con un Ejecutivo que representa a la tercera bancada del Legislativo y una mayoría absoluta del fujimorismo en el Congreso. Aplausos, pues, a ambos líderes y gracias al cardenal por las gestiones.
El jefe de Estado delineó con claridad cómo se organiza una convergencia política: señaló que en la junta se había hablado del presente y de las perspectivas del futuro. En política la amnesia con respecto a los agravios del pasado resulta fundamental para que la libertad siga prosperando. De lo contrario, el pasado se convierte en una energía oscura que se termina devorando a la democracia. Allí está la historia de las grandes democracias del planeta. En la breve alocución de PPK, pues, emergió el estadista que representa a todos los peruanos, el jefe de Estado de la democracia que avanza hacia su quinta elección nacional sin interrupciones.
Por su lado, la lideresa de Fuerza Popular ratificó la voluntad de diálogo, de postergar diferencias y el compromiso del fujimorismo con la institucionalidad democrática. Recordó que el fujimorismo había sido una fuerza progobernabilidad mediante el voto de confianza al Gabinete y la delegación de facultades. Sin embargo dejó en claro el papel papel de oposición y perfil propio de Fuerza Popular.
En otras palabras, el oficialismo y la oposición se pusieron de acuerdo para cumplir su papel en la democracia sin necesidad de renunciar a sus respectivos roles. Ahora es casi seguro que existirá el teléfono rojo, el puente o el sistema de comunicación que permitirá desarrollar salidas políticas frente a eventuales conflictos institucionales, tal como sucedió con la interpelación de Saavedra. Así se construye la democracia. No hay otra.
Todos los peruanos de buena voluntad debemos felicitarnos por esta cumbre que, inevitablemente, tendrá efectos en el espacio público. Por lo pronto, las fuerzas a favor de la polarización y los radicalismos se debilitarán en el oficialismo y la oposición. Las cosas se notarán a la distancia. Pero lo más importante: es casi seguro que las dos fuerzas promercado que se expresan en el Ejecutivo y el Legislativo organizarán un escenario a favor de reformas claves para la economía y la sociedad, que permitirán que la administración PPK avance hacia una gestión exitosa. En tanto que Fuerza Popular comenzará a organizar condiciones favorables para su estrategia al 2021. La idea de un fujimorismo comprometido con la gobernabilidad y la democracia es la mejor fórmula para disolver la grave enfermedad que representa el antifujimorismo para nuestra democracia.
Quizá PPK y Keiko hayan entendido que luego de las elecciones del 2006, del 2011 y del 2016, en las que las propuestas antisistema casi ganan las elecciones nacionales, dos fuerzas promercado, una tecnocrática y otra de raigambre popular, no pueden cometer la grave irresponsabilidad de enfrentarse y generar condiciones favorables para los enemigos de la democracia y la economía de mercado.
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