Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Las autoridades del distrito de Velille recibieron de la compañía Hudbay Perú siete tractores agrícolas implementados con veinte equipos adicionales (arados, rastras, surcadora, empacadoras, picadoras, molino y sembradora) valorizados en más de US$ 825,000. La entrega —que se hizo cumpliendo el Convenio Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible del Distrito de Velille— es una estupenda noticia que aviva la confianza en las inversiones mineras comprometidas con lo pueblos. De esta manera, Velille y las comunidades cercanas a la mina Constancia, se convierten en los distritos mejor equipados para la producción agropecuaria en la provincia de Chumbivilcas, Cusco.
Esta entrega de tractores a la comunidad no es un trabajo aislado de cooperación, sino parte de una serie de iniciativas que incentivan los emprendimientos económicos y cuidados del medio ambiente en las áreas de influencia de la mina. Desde el año 2014, Hudbay Perú desarrolla un sostenido e importante programa de revegetación en las áreas afectadas por sus operaciones mineras. Y esa es también otra estupenda noticia.
La Ley N° 28090, Ley de Cierre de Minas, define cómo debe ser el cierre progresivo de aquellas actividades de rehabilitación que el titular de la actividad minera debe efectuar simultáneamente al desarrollo de su actividad productiva. Esto significa que, luego de la construcción de la mina y de las etapas iniciales de las operaciones que van concluyendo paulatinamente, las áreas afectadas deben ser sometidas a un proceso de restablecimiento de la forma del terreno y de revegetación. Según el proyecto Constancia, las áreas donde intervienen tenían una categoría de uso de suelo 06, que corresponde a praderas naturales, de acuerdo a la clasificación de la Unión Geográfica Internacional (UGI). Es entonces que, a través de la Oficina de Medio Ambiente, Hudbay desarrolla un plan de revegetación y cierre progresivo de todos los lugares que han sido desmantelados y demolidos por efecto del inicio de operaciones.
El plan de remediación —que cuenta con la participación de las comunidades vecinas a la mina Constancia— debe devolverle su antigua conformación ecológica a los lugares que sufrieron algún impacto. Así, reconociendo las semillas de los pastos nativos —conocidos por los comuneros como ichu, iru y chilliwa—, se recolectaron 2.2 toneladas de semillas nativas que luego, en terrenos previamente preparados, fueron sembradas para devolverle a esas áreas el paisaje que tuvieron antes de la intervención de las operaciones extractivas. Así se demuestra cómo, en un clima de tranquilidad social, pueden trabajar conjuntamente las autoridades locales, la sociedad civil y la empresa privada.
Vale recordar también el ambicioso proyecto “Ampliación y mejoramiento del sistema de riego en la Comunidad de Uchucarcco” que, con una inversión de S/ 22 millones, permitirá el aprovechamiento agrícola de 800 hectáreas que serán beneficiadas con 2.2 millones de metros cúbicos de agua. Agua que permitirá mejorar y diversificar la producción, ampliando las áreas de cultivo y de ganadería de los pueblos ubicados en Chumbivilcas. Otro impulso de la empresa minera.
El ambientalismo ideológico no puede seguir pregonando relatos falsos y sin sustento alguno, con la malsana intención de desdibujar las buenas relaciones entre la empresa, las autoridades y las comunidades. Mienten con la intención de romper los vínculos que se construyen alrededor del trabajo ordenado y tecnificado. No hay excusas para soliviantar a los pobres de los lugares apartados del país con la intención de detener los proyectos extractivos que promueven bienestar, desarrollo y felicidad. Como en Velille, que mejorará su producción agropecuaria gracias al diálogo y al entendimiento.
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