Michiquillay en peligro

Luego de la aprobación de la controversial ley “cabecera de cuenca”, impulsada por el Frente Amplio(FA), surgen interrogantes y preocupaciones con respecto a proyectos mineros a punto de concretarse e, incluso, con los que están en plena ejecución. La mencionada norma establece que en las zonas por encima de los 3,000 metros sobre el nivel del mar se pueden declarar como “cabeceras de cuenca” con objeto de preservar “los acuíferos” y “las nacientes de los ríos” y, por lo tanto, pueden considerarse “libre de inversiones mineras”.

Proyectos como el de Michiquillay, a punto de ser adjudicado por el Estado, quedarían congelados. Michiquillay es un proyecto que se plantea producir 80,000 toneladas diarias de cobre y su ejecución podría significar el relanzamiento de los proyectos mineros paralizados por el movimiento antiminero en Cajamarca, y que suman más de US$ 11,000 millones. Al respecto, Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Perú (IIMP), ha señalado que la ley de cabeceras de cuenca aprobada en el Congreso y promulgada por el Ejecutivo complicará a toda la minería en el Perú. Vale anotar que la mayoría de proyectos mineros están por encima de los 3,000 metros sobre el nivel del mar.

De concretarse la inversión en Michiquillay, la economía de Cajamarca volverá a respirar luego de haber caído en la recesión y haber aumentado el desempleo. Sin embargo, se ha conocido que los sectores antimineros ya empiezan a señalar que el mencionado proyecto pone en peligro la microcuenca del río La Encañada —en Cajamarca y ubicado sobre los 3,950 m.s.n.m.— porque se “afectarán los acuíferos”. El argumento no tiene el menor sustento científico porque los ríos y acuíferos provienen de las lluvias, y el mundo desarrollado nos enseña que la única manera de cosechar agua para la población y la agricultura es construyendo represas y reservorios.

Proinversión ha ampliado el plazo de precalificación de Michiquillay hasta el 2 de noviembre y la correspondiente adjudicación se efectuará el 20 de diciembre, sobre todo, considerando que existen más de 20 empresas de primer nivel interesadas. Vale también señalar que Proinversión no solo ha reprogramado la fecha de adjudicación de Michiquillay, sino que también ha incorporado las sugerencias de las comunidades y poblaciones adyacentes al proyecto, planteadas durante los talleres participativos previos al concurso.

El proyecto Michiquillay, cuya inversión es de alrededor de US$ 2,000 millones, relanzará la deprimida economía cajamarquina en momentos en que el precio del cobre repunta. Si Michiquillay sale adelante estaríamos ante un nuevo impulso de los proyectos mineros en Cajamarca, que han sido paralizados por la prédica y la estrategia de los movimientos antimineros, a pesar de la pobreza y las urgencias en la región. Si sale Michiquillay los ciudadanos de Cajamarca comenzarán a observar con ojos diferentes los proyectos de Conga y Galeno, por ejemplo, y quizá la región más pobre del Perú deje de ser el mendigo sentado en un banco de oro, papel al que la ha condenado la estrategia radical de los movimientos antisistema.