Editorial Política

Más policías a las calles

Más policías a las calles
  • 13 de octubre del 2015

Sobre la eliminación del sistema de trabajo policial 24 x 24

El último Ranking de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF) nos dice que el Perú está en el puesto 137 en el rubro de confianza ciudadana en la policía, sobre un total de 144 países; es decir, estamos entre los últimos del mundo en un aspecto clave para la institucionalidad. Esta es una buena razón para concretar las reformas institucionales que el país demanda hace años y que han sido postergadas con el resultado que hoy vemos: el desborde de la criminalidad.

Una de aquellas es la reforma de la Policía, institución que se encuentra en crisis desde hace décadas por falta de infraestructura, equipamiento y personal, así como por otros males de carácter estructural que ya hemos mencionado antes, como la corrupción y la deficiente formación en las escuelas de policía.

En este contexto, el ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, ha anunciado que al fin se concretará un cambio importante para avanzar en la reforma, el cual es la eliminación del sistema de trabajo 24x24, que limita la posibilidad de contar con más policías en las calles para proteger a los ciudadanos.

Dicho sistema se creó en 1994 para compensar los salarios pobres que recibían los policías como consecuencia del deterioro extremo del país originado por el estatismo. Aquel año se dispuso que por cada día de trabajo los policías tengan uno de descanso en el que pueden trabajar para privados. Esta medida era de carácter transitorio, pero dura ya 20 años y abarca a más del 50% del personal policial.

Ante la inseguridad que enfrenta hoy el país, el gobierno ha decidido cancelar ya ese sistema, ante lo cual ha surgido la siguiente pregunta: ¿cómo compensará el estado los ingresos que dejarán de percibir los policías que trabajan en su día libre?

El ministro Pérez Guadalupe ha explicado que serán compensados con un aumento de sueldos que vienen recibiendo desde el 2012 y que consta de cinco etapas. La cuarta etapa, prevista para el 2016, ha sido adelantada para este año, por eso una parte de la PNP dejarán el 24 x 24 en diciembre. Solo cuatro unidades seguirán bajo ese sistema por un tiempo más: Seguridad de Penales, Operaciones Especiales (DINOES), Seguridad del Estado y Servicios Especiales (USE).

Según el Mininter, a partir del 2016 los ingresos de la policía se habrán más que duplicado: un efectivo recién egresado tendrá un sueldo mensual aproximado -incluido bonos- de S/.3,000 (US$935), mientras que un suboficial experimentado ganará unos S/.4000 soles (US$1,240). De esta manera, alcanzarán o pasarán los sueldos de sus colegas de la región: En Argentina, un suboficial gana US$740 al mes, en Chile US$1,186, y en Ecuador US$1,500.

La eliminación del 24 x 24 es entonces una medida muy positiva. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para mejorar el servicio que brinda la PNP, pues el número de agentes sigue siendo insuficiente y tampoco se han resuelto los problemas de infraestructura, especialmente en comunicaciones y calidad de las comisarías.

El Censo Nacional de Comisarías, realizado el 2013 por el INEI, indica que tenemos 30,805 policías que trabajan en 1,397 comisarías, cada una de las cuales tiene de 30 a 60 efectivos para cubrir poblaciones que fluctúan entre 20 mil y 40 mil personas, lo cual significa que hay un policía por cada 666 ciudadanos. Si comparamos esta cifra con un estudio publicado el 2014 por la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Perú está hoy el antepenúltimo lugar en la región en policías por habitantes, detrás de Uruguay y Argentina, que tienen un policía por cada 800 y 780 ciudadanos, respectivamente.

El estudio del INEI también dice que solo 914 locales de Comisarías le pertenecen al estado, de los que apenas 384 tienen título de propiedad. Y para más 30 mil policías había solamente 4,345 equipos de comunicación, operativos en un 82%. En cuanto a computadoras, había solo 9,047 equipos, de los que el 87% funcionaban.

El gobierno ha hecho esfuerzos en comprar equipos, pero la tramitología que el mismo nacionalismo ha cultivado con esmero se ha encargado de empantanar los procesos de compra. La burocracia también impide, por ejemplo, que muchos vehículos policiales nuevos sean usados por no tener placas de rodaje.

La tarea de mejorar la policía tendrá que ser continuada por el próximo gobierno, que deberá romper las trabas burocráticas y enfrentar los temas pendientes, como la corrupción y la debilidad institucional de la PNP, empezando por las escuelas, en la perspectiva de recuperar la confianza ciudadana en esa institución.

La experiencia de las democracias consolidadas nos enseña además que una policía, confiable, transparente y eficiente es fundamental para el éxito de cualquier estrategia de seguridad ciudadana.

  • 13 de octubre del 2015

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