Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Si bien es cierto que la medida de fuerza que bloqueaba la producción del Lote 192 ha sido levantada, resulta necesario conocer las reales intenciones de los dirigentes de esas comunidades. De acuerdo a nuestros informantes, existe una suerte de “pepejulios”, en referencia al dirigente antiminero que, en el proyecto minero Tía María, extorsionaba a la compañía minera a cambio de un “ambiente social saludable”.
Se informa que los “dirigentes” del Lote 192 no son otra cosa que personas que se han apropiado de los cargos de las comunidades con la única finalidad de obtener provecho económico por la situación en que se encuentran las comunidades indígenas del lugar. Según ellos, la situación es insostenible porque impide que todos los recursos económicos destinados a mejorar la situación de pobreza y abandono de los poblados, terminan siendo desaprovechados, mal utilizados por esos “dirigentes”.
Esa es la terrible situación que denuncian los trabajadores del Lote 192 que, indignados y siendo además pobladores de Loreto, se sienten afectados con la paralización de las operaciones petroleras en la zona. “No sólo son 4,000 puestos de trabajo directos abandonados, sino además miles de puestos de trabajo indirectos que se pierden y recursos provenientes del petróleo que se dejan de percibir por una decisión radical e irresponsable”, dicen nuestros informantes.
La denuncia no es poca cosa. Es sumamente grave: falsos “asesores” y “dirigentes”, que incluso no son parte de las comunidades, se aprovechan de la vulnerabilidad que envuelve a las empresas que operan dentro de los lugares denominados “indígenas”. Una zona donde la presencia del Estado no existe y donde toda actividad gira alrededor de la voluntad de los “dirigentes”, acostumbrados a negociar una supuesta “estabilidad social” a cambio de fajos de dinero que, lamentablemente, se entregaron por más de quince años.
En esta situación los pobladores indígenas de esas comunidades se quedaron sin corriente eléctrica, sin agua tratada, sin servicios médicos y, sobre todo, sin que sus pequeños negocios puedan seguir funcionando para seguir siendo sustento de sus familias por la situación de fuerza mayor en la que se encuentran todas las instalaciones del Lote 192. Es decir, todas las operaciones paralizadas. Los cincuenta pozos petroleros, ocho baterías, dos centrales eléctricas y el aeródromo de Andoas dejaron de funcionar y varios de ellos fueron tomados por la fuerza por piquetes de pobladores.
En buen romance, los indígenas y los pobladores están sin los servicios básicos que el concesionario —la empresa Frontera Energy, que tiene a su cargo el Lote 192— les proporcionaba. Esta situación obliga, entonces, a un entendimiento entre las autoridades y los dirigentes quienes, en principio, por exhortación de las autoridades —“para que adopten una conducta que conduzca al diálogo”— debían deponer su medida de fuerza que ha obligado (en setiembre pasado) a la evacuación casi inmediata de todos los trabajadores de Frontera Energy por medidas de seguridad urgente.
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