La comisión de Constitución del Congreso de la R...
No descansan en su objetivo de detener la mayor mina del Perú
El retraso en el cumplimiento por parte del Estado de los compromisos suscritos en la Mesa de Diálogo en noviembre pasado ha permitido que el radicalismo antiminero retome la ofensiva en contra del proyecto Las Bambas. Al ya existente Frente de Defensa de los Intereses de Cotabamba se le ha sumado una nueva organización denominada Asociación de Comunidades del Área de Influencia Directa e Indirecta Afectadas por la Minería, liderada por supuestos comuneros del área de influencia del proyecto minero y asesorada por militantes de la izquierda radical.
El motivo por el cual ambos grupos antimineros están organizando las próximas protestas contra el proyecto Las Bambas sería el retraso en el cumplimiento de los acuerdos y compromisos de parte del Estado. No obstante, hace algunos días, desde el Ministerio de Energía y Minas se anunció la aprobación de un presupuesto de S/. 600 millones para la ejecución de proyectos de desarrollo en la provincia de Cotabambas y la región Apurímac. A ese anuncio se suma la entrega de viviendas prefabricadas a los familiares de las víctimas de las protestas de setiembre pasado. Es decir, a pesar de las demoras, los acuerdos suscritos se han empezado a cumplir.
Sin embargo, los grupos antimineros han desconocido toda iniciativa de parte del Estado y ya estarían moviendo sus fichas para desencadenar sus violentas protestas en contra del proyecto minero. Por ejemplo, entre los días 25 y 26 de marzo, dirigentes del Frente de Defensa acataron un paro en contra del proyecto minero, en el distrito de Chalhuahuacho. Si bien el incidente no dejó víctimas fatales, diez comuneros fueron detenidos y luego puestos en libertad. Se conoce que dirigentes del Frente de Defensa pretenden frustrar la reunión de la Mesa de Diálogo prevista para el 7 de abril.
De otro lado, la denominada Asociación de Comunidades del Área de Influencia Directa e Indirecta Afectadas por la Minería también ha empezado a desarrollar su propia estrategia en contra de Las Bambas. Hace algunas semanas, dirigentes de la mencionada asociación llegaron a Lima en una supuesta marcha de sacrificio para denunciar —una vez más— ante funcionarios e instituciones estatales “los incumplimientos” de la Mesa de Diálogo. Gerónimo Coropuna estaría al frente de esta nueva organización que —según señalan diversas fuentes consultadas— no representa a ninguna de las comunidades de la zona de influencia del proyecto minero. De otro lado, Coropuna estaría asesorado por Rodmy Cabrera y Willy Contreras, dirigentes del partido de izquierda radical Perú Libertario.
Todo indica que esta nueva actitud de los líderes antimineros en la provincia de Cotabambas tiene un solo objetivo: paralizar, bajo cualquier pretexto, el proyecto Las Bambas. Podemos decir, sin ninguna duda, que el radicalismo antiminero ha desplegado una elaborada estrategia con el objetivo de detener Las Bambas y todos los proyectos mineros del sur (Corredor Minero).
La ofensiva del radicalismo antiminero, con acciones de protesta y violencia, también busca neutralizar el apoyo público de los alcaldes provinciales y distritales a Las Bambas; un apoyo que hasta ahora sido uno de los hechos que lo distinguen de otros proyectos mineros del país, que no han logrado la llamada licencia social y que han tenido a los gobiernos locales y regionales del lado de sus opositores. En todo caso, es hora de que todo el país entienda que Las Bambas, el mayor proyecto minero nacional, no es solo un asunto de los apurimeños, sino de todo el Perú.
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