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Los dirigentes de la comunidad de Fuerabamba —cercana al proyecto minero Las Bambas— han cambiado de estrategia. En la mesa de diálogo, que se reunirá en las próximas horas, solicitarán formalmente a los representantes del Gobierno, amnistías para todos los dirigentes, comuneros y asesores denunciados en el Ministerio Público (MP). Es decir, se exige que el Congreso de la República apruebe una norma que permita el olvido de los delitos que habrían cometido los comuneros y sus asesores.
Como se sabe, los dirigentes de la comunidad de Fuerabamba, Gregorio Rojas y Edison Vargas, los hermanos Frank y Jorge Chávez Sotelo, asesores de los dirigentes, y otros comuneros, fueron denunciados en el Ministerio Público por extorsión, bloqueo de la vía pública y otros delitos.
Por su lado, el Ejecutivo de Martín Vizcarra ha asegurado —por intermedio de sus portavoces— que el diálogo para restablecer la producción de cobre en Las Bambas continuará hasta cumplir los acuerdos entre la empresa minera, las comunidades y el Estado. Días atrás, el desbloqueo de la vía en la zona de Yavi Yavi, por parte de los comuneros, permitió restablecer el traslado de la producción desde la mina hasta el puerto de Matarani.
Por recomendación del nuevo asesor de los comuneros, Jorge Luis Paredes Rojas, los pobladores ya no insisten en que se retire las denuncias en su contra en la Fiscalía, sino que demandan que el Ejecutivo promueva la aprobación de una ley de amnistía en el Congreso. El motivo: la Constitución no otorga facultades de ese tipo al Ejecutivo. Pero sí es posible presentar un proyecto de "amnistía social".
Vale precisar que Paredes no es un simple asesor interesado en “ganar comisiones” de las compañías mineras. Paredes es asesor principal de una Asociación de Municipalidades Mineras del Perú y fundador del partido Patria Para Todos, que se alió al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), vinculado a Sendero Luminoso. Paredes ha declarado en diversas oportunidades su gran admiración por Antauro Humala. Militantes del etnocacerismo y reservistas del Ejército han anunciado en Chankas (Andahuaylas, Apurímac) que capturarán el poder “para liberar al Perú”. Paredes, entonces, más que asesor es un político totalmente ideologizado y entregado al marxismo.
La presencia del radicalismo en las minas del sur es un hecho en extremo preocupante. La prensa tradicional desconoce, por ejemplo, el papel de los antimineros en el desarrollo de los conflictos sociales. Hechos que, por cierto, están también relacionados con los antimineros vinculados a Gregorio Santos, ex presidente regional de Cajamarca y dirigente del Movimiento de Afirmación Social (MAS), y a Marco Arana, congresista del Frente Amplio (FA).
Santos y Arana, entre otros, son los artífices del desplome social y económico de Cajamarca. La paralización del proyecto Conga es obra de ellos. En el sur se han propuesto hacer los mismo: detener la producción de cobre para quebrar las posibilidades sociales y económicas del país. La presencia de dirigentes ligados a ambos en la comunidad de Fuerabamba es evidente. Asimismo la presencia en Las Bambas de Edwar Quiroga, cabeza visible de una organización separatista denominada Inkarri Islam, nos revela que el radicalismo ha decidido jugar todas sus cartas en contra de las minas del sur.
Como se aprecia, en el futuro de Las Bambas, de una u otra manera, se juega el futuro del Corredor Minero del Sur, área donde se produce el 60% del cobre nacional. Y no es exagerado señalar que en la manera cómo se resuelva el conflicto de Las Bambas también se juega el destino de la minería en el Perú.
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