Editorial Política

¡La única fuerza antimonopólica es el libre comercio!

El cuento comunista de los monopolios y el control de precios

¡La única fuerza antimonopólica es el libre comercio!
  • 10 de abril del 2022

El Ejecutivo acaba de presentar un proyecto de ley con el objeto de “prohibir los monopolios a fin de garantizar la libre competencia”. Nuevamente fuegos de artificio y pura propaganda.

El Gobierno en vez de reconocer que el frenazo de tres décadas de crecimiento –por la asamblea constituyente y la nacionalización del gas– ha generado menos empleo y aumento de pobreza, una situación que no permite absorber la subida de precios de la canasta básica derivada de la invasión rusa de Ucrania, se ha dedicado a atacar la Constitución y el sistema de economía de mercado. La subida de precios afecta brutalmente a los más pobres porque no hay inversión y empleo.

La propuesta “antimonopólica” del Ejecutivo, supuestamente, tendría que reformar el artículo 61 de la Constitución que establece lo siguiente: “El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios”. 

Es necesario precisar que la Constitución prohíbe la existencia de monopolios o posiciones dominantes creadas por ley o por iniciativa del Estado, pero en ningún momento prohíbe los monopolios naturales que surgen desde la propia lógica del mercado.

Existen monopolios que surgen por la propia naturaleza del servicio. Por ejemplo, los servicios de agua y desagüe y de electricidad en Lima y regiones se convierten en monopolios por el tipo de servicio. No es posible imaginar la libre competencia en estas áreas. En las grandes ciudades, la necesidad de ordenar el tránsito de millones de ciudadanos igualmente obliga a crear monopolios u oligopolios.

En el caso de las empresas privadas que venden productos –llámese harinas, aceites, leche o fideos– igualmente pueden surgir monopolios u oligopolios por la preferencia y decisión de los consumidores. Sin embargo, en una economía de mercado abierta a los mercados mundiales, es imposible que las empresas privadas fijen precios al margen del comercio mundial (la leche, el trigo, los aceites son commodities). ¿Por qué? Porque el Perú ha firmado 22 tratados de libre comercio con los principales mercados del mundo que hacen imposible que cualquier posición de dominio fije precios por encima de los precios planetarios

Por ejemplo, si un conglomerado dominante empieza a vender aceite por encima de los precios internacionales –que se transan en bolsas y en el sistema comercial mundial–, en el acto, cualquier otro grupo podría importar el mismo producto, vender a precios del mercado mundial, y ganar millones con la quiebra de la empresa de malas prácticas. Así funcionan los mercados, y los comunistas y colectivistas deberían revisar un poco de economía. En cualquier caso, si existe concertación de precios o malas prácticas se requiere un Indecopi profesional y eficiente.

En ese sentido vale precisar la diferencia de un monopolio u oligopolio surgido en el Perú en las últimas tres décadas, bajo el paraguas de 22 tratados de libre comercio, y los monopolios u oligopolios surgidos bajo la dictadura chavista en Venezuela. En el Perú cualquier posición dominante en el mercado está diluida por el libre comercio mundial, mientras que en Venezuela cualquier monopolio es un dios de la economía porque no tiene ninguna competencia. Finalmente, cualquier ventaja empresarial en la economía venezolana depende del favor de la dictadura.

El libre comercio y la economía de mercado, entonces, son la principal fuerza antimonopólica del planeta. Lo que sucede es que los activistas, ministros y militantes de Perú Libre se han quedado con El imperialismo, fase superior del capitalismo de Lenin, un texto en que los monopolios se convierten en los enemigos de la humanidad, un texto que por cierto ha envejecido y ha muerto en menos de un siglo. Hasta los comunistas chinos y vietnamitas han abandonado a Lenin y sus monopolios.

Por ejemplo, ¿cómo explicaría Lenin el surgimiento de Apple y del iphone, uno de los monopolios más benéficos de la humanidad, que convirtió a las computadoras –antes solo fabricadas por los estados y compradas por los multimillonarios– en un artículo de los pobres del mundo, y que también disolvió la mayoría de las diferencias y fronteras de los últimos dos milenios? Apple era tan monopolio que solo podía crecer bajando los precios al límite: su mercado era los más de 7,000 millones de humanos.

  • 10 de abril del 2022

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