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Inversión minera en el sur explica reducción de pobreza
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha publicado las cifras del Mapa de Pobreza Provincial y Distrital 2013, documento que es el resultado de la revisión de censos, encuestas, y registros con un moderno método estadístico propuesto por el Banco Mundial. Los resultados sorprenden a más de uno.
Según el nuevo mapa del INEI, entre el 2009 y el 2013 la pobreza disminuyó en 855 distritos. En el 2009, 245 distritos de la sierra que tenían pobreza mayor al 60% de la población lograron reducir esta lacra social en tanto que otros 33 en la selva también lo lograron. En ese sentido los datos revelan que la geografía de la pobreza ha cambiado radicalmente. De los 20 distritos más pobres registrados en el nuevo mapa, 7 están en la sierra de Libertad y otros 7 en Cajamarca. Es decir, 14 de los 20 distritos más pobres están en el norte. Estos resultados, contrastados con los del 2009, revelan que el llamado “Trapecio Andino” (Ayacucho, Huancavelica y Apurimac) ya no agrupa a los distritos con los más altos niveles de pobreza.
Los datos indican que la principal herramienta para la reducción de pobreza ha sido el crecimiento económico y el desarrollo de la fuerza productiva local. Por ejemplo, el informe señala que 14 de los 32 distritos que disminuyeron su pobreza en 30 puntos porcentuales con respecto al 2009 tienen asentamientos mineros en su jurisdicción. La mayoría de estos distritos, 13, están en la sierra sur (Cusco, Puno, Huancavelica, Junín). Igualmente, vale mencionar que la totalidad de estos 32 distritos tienen canon o regalías por actividades mineras.
Que la sierra liberteña y cajamarquina concentren la mayor pobreza distrital nos recuerda que, en Cajamarca, el movimiento antiminero paralizó US$ 4,500 millones de inversión en el proyecto Conga. Mientras Gregorio Santos y el ex cura Marco Arana se oponían ferozmente al desarrollo de la minería, en el distrito de Velille, en la provincia cusqueña de Chumbivilcas, el proyecto Constancia se ejecutaba por un valor de US$ 1,500 millones, y en el distrito de Ccochaccsa, Huancavelica, el proyecto Julcani beneficiaba a seis comunidades campesinas.
Al respecto, Cesar Peñaranda, director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima, refiere que no es una sorpresa que los distritos cajamarquinos se coloquen en este nuevo mapa debido al crítico e inestable ambiente social y político para la ejecución de los proyectos mineros. En el caso particular de la sierra liberteña, la explicación vendría por el lado de la ineficiencia del gasto público y la mala gestión de los recursos fiscales. Peñaranda añade que se necesita más y mejor estado en los lugares que concentran pobreza, y menos estado en la actividad económica.
Algunos analistas e intelectuales de la izquierda se han apresurado -mirando las cifras- a reclamar mayores políticas distributivas sin mencionar el papel del crecimiento y de las inversiones mineras en la reducción de pobreza en el sur. La izquierda persiste en imponer un relato que coloca al estado, a través de los programas sociales, en el eje central de la reducción de la pobreza. Sin embargo vale recordar que diversos estudios precisan que el 75% de la reducción de pobreza total en el país se debe al crecimiento y solo el 25% al gasto social.
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