La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Si hay una región donde la narrativa antiminera ha ganado de lejos es en Cajamarca. El resultado: Conga y otros proyectos mineros de miles de millones de dólares están paralizados, mientras la pobreza afecta casi al 80% de la población de la región, en medio de una de las recesiones más largas de su historia. En este contexto el movimiento antiminero no cede un milímetro. Por ejemplo, en los últimos días estos sectores han iniciado una guerra contra la sola posibilidad que el proyecto minero Antanorte (US$ 700 millones) se ejecute.
En el distrito de Chugur (provincia de Hualgayoc), algunos líderes de las rondas campesinas –sector organizado y muy funcional para el movimiento antiminero–, están planeando un paro contra la ejecución de Antanorte, proyecto de cobre en el denominado cinturón de cobre del norte. La narrativa contra Antanorte, como alguna vez lo fue contra Conga, es que el proyecto “contamina desde el inicio”. ¿Cómo así?
No obstante, antes vale explicar que Antanorte está en fase de exploración. Es decir, se están haciendo estudios de geología y remoción de tierras que no tienen efecto alguno en el medio ambiente. Sin embargo, el movimiento antiminero ya generó “narrativas” contra el proyecto. Por ejemplo, se dice que el proyecto ha sido el causante de la muerte de 10 truchas. Honestamente no sabemos cómo puede un proyecto de exploración causar la muerte de una decena de truchas en un reservorio. La idea es, pues, crear mitos y leyendas que aterren a la población.
Asimismo, en el movimiento antiminero se dice que el proyecto está contaminando el agua. También nos preguntamos cómo puede un proyecto de exploración contaminar el agua. Todo es parte de la narrativa en contra de las empresas mineras y de la inversión privada en minería en general.
Otro detalle de todo este nuevo conflicto social es que mientras el movimiento antiminero y los dirigentes de las rondas se oponen al proyecto, la población local de Chugur está a favor de la ejecución de un proyecto que podría generar cientos de empleos y dinamizar la economía en un distrito sumido en la pobreza. En otras palabras, se necesita diferenciar la opinión de algunos dirigentes de la de la mayoría de la población que busca empleo y sustento para las familias.
¿Qué sucederá con Antanorte? Los propios ronderos han exigido que el presidente Pedro Castillo se presente en la zona para “que respalde la interrupción del proyecto”. En otras palabras, el movimiento antiminero ha condenado a Cajamarca a la pobreza y a la miseria. Recordemos que Gregorio Santos fue elegido dos veces como gobernador regional de Cajamarca y sumió a esta región en una larga noche de pobreza cuando se bloquearon Conga y las principales minas del cinturón de cobre del norte.
Cajamarca es una de las regiones más pobres del país. Podría ser una de las más ricas si se ejecutara la cartera de inversiones mineras de más de US$ 10,000 millones, en momentos en que los precios de los minerales siguen subiendo.
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