Editorial Política

La intolerancia no renueva la política

Extremistas pretenden aprovechar justa indignación de jóvenes

La intolerancia no renueva la política
  • 18 de noviembre del 2020


Las masivas movilizaciones de jóvenes en la capital en los últimos días, de una u otra manera, pueden representar una buena noticia para el sistema político, si los entusiastas activistas deciden organizarse, formar colectividades permanentes e iniciar discusiones ideológicas y programáticas alrededor del futuro del sistema republicano. Si la energía de los jóvenes se canaliza en ese sentido, entonces la construcción de las instituciones republicanas en nuestra sociedad estará asegurada.

De otro lado, cabe entender la justa indignación de los miles de jóvenes que salieron a marchar en los últimos días. Es una indignación que proviene del hartazgo de la guerra política y de las denuncias de corrupción que afectaron a toda la clase política. Luego de las elecciones del 2016, Fuerza Popular inició una feroz guerra política a través de dos intentos de vacancia frustrados, que luego desencadenaron la renuncia de PPK. Más tarde, el ex presidente Vizcarra llevaría la guerra política a niveles no imaginados: un referendo que destruyó el sistema político con la no reelección de congresistas y la negativa al Senado. En seguida se produjo el cierre inconstitucional del Congreso, la elección de un nuevo Legislativo, la vacancia de Vizcarra, la renuncia de Manuel Merino a la jefatura de Estado y la asunción de Francisco Sagasti como primer magistrado de la Nación para conducir el proceso de transición hacia las elecciones del 2021.

El recuento de la guerra, de los choques y de los excluidos, es interminable. Cualquier joven que haya contemplado estas batallas entre la clase política debe llegar a la justa conclusión de que los mencionados políticos deben ser desplazados del espacio público. Los políticos estaban tan ocupados en guerrear que se olvidaron del crecimiento, de las inversiones, del proceso de reducción de pobreza y de la afirmación de la institucionalidad. Es decir, se olvidaron de la gente, de los pobres, de los niños que mueren sin pan en la boca. Hay entonces más de una razón para la justa indignación.

Sin embargo una de las secuelas de la guerra política, la desaprobación de los hombres públicos y las instituciones, puede ser la intolerancia. Horas atrás un grupo de jóvenes desarrolló un plantón frente a la casa del periodista Beto Ortiz por diversas opiniones vertidas. Igualmente en las redes se ha desatado una campaña contra el canal de cable Willax TV y en diversas instituciones se busca declarar persona no grata a los ex ministros y políticos opositores. ¿Cómo es posible que una esperanza para renovar la política -tal como se expresa en la masiva y fresca movilización de la juventud- se combine con estas expresiones de intolerancia? ¿No estamos acaso afectando la sagrada expresión de la libertad de expresión y el derecho a disentir?

A nuestro entender, hay sectores extremistas, vinculados al Foro de Sao Paulo y encabezados por las organizaciones y candidatos comunistas, que pretenden utilizar la justa indignación de nuestros jóvenes para encauzarlas con manifestaciones de intolerancia en contra de los rivales, de las minorías y los disidentes. Hoy es un periodista con el que se puede estar de acuerdo o en completo desacuerdo, pero mañana puede ser cualquier medio o colega; y de pronto, en el Perú se estaría instalando la intolerancia en contra del rival y la disidencia.

Nuestros jóvenes deben tener presentes que los sectores extremistas buscan aprovechar la justa indignación juvenil contra el fracaso de los políticos. No solo en el Perú,  sino también a nivel planetario, tal como lo vemos en la violencia que ejercen los movimientos radicales Black Lives Matter y Antifa en los Estados Unidos en contra de las instituciones, la historia estadounidense y los rivales ideológicos. El objetivo de los colectivismos y comunismos es encauzar estas protestas justas en contra del sistema y los valores que han posibilitado en el siglo XX y el XXI construir la libertad política y económica en Occidente.

La juventud peruana, que ingresó a la política en la última semana, tiene un enorme reto: renovar el sistema político que se derrumbó en todas sus expresiones, ya sea de derecha o de izquierda, en el presente quinquenio. Sin embargo, para lograr ese objetivo debe reeditar y superar la experiencia de los grandes movimientos que, por ejemplo, lideraron Víctor Raúl Haya de la Torre, José Carlos Mariátegui, Fernando Belaunde Terry y Luis Bedoya Reyes en el siglo pasado. Los mencionados líderes alguna vez también fueron jóvenes y se enfrentaron a clases políticas indolentes e ineficientes; sin embargo, no se quedaron en la protesta, sino que se vincularon con intelectuales y activistas, y lograron formar colectividades que sobrevivieron durante todo el siglo XX.

Allí reside el gran reto de los jóvenes que pretenden renovar la política. No obstante, lo primero que deben hacer es distanciarse de la intolerancia y la confrontación que promueven los políticos que acaban de fracasar y los comunistas que solo piensan en capturar el poder, al margen de los pobres que mueren cada día en nuestro sufrido país.

  • 18 de noviembre del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

¡Feliz Semana Santa a los peruanos e hispanoamericanos!

Editorial Política

¡Feliz Semana Santa a los peruanos e hispanoamericanos!

  Los peruanos e hispanoamericanos celebramos la Semana Santa, d...

18 de abril
La sentencia a Ollanta Humala y la crisis del sistema político

Editorial Política

La sentencia a Ollanta Humala y la crisis del sistema político

  Es evidente que la sentencia por 15 años en contra de O...

17 de abril
¡Un nuevo Gabinete para luchar contra la ola criminal!

Editorial Política

¡Un nuevo Gabinete para luchar contra la ola criminal!

  El miércoles pasado en el pleno del Congreso se interpe...

11 de abril

COMENTARIOS