Inés Melchor contra el colectivismo

Viviendo en Huancayo y acosada por militantes de Perú Libre (PL) –el partido de Vladimir Cerrón que postula a Pedro Castillo a la Presidencia de la República– la deportista Inés Melchor ha señalado con valentía ejemplar el valor de la iniciativa y el esfuerzo personal: “nadie me regaló nada. Todo lo que tengo lo logré con mi esfuerzo”. Y también la importancia de mantener esa libertad que le permitió forjarse una brillante y compartir esos logros con sus familiares y seres más queridos: “No quiero irme, aquí está mi casa, mi familia, mi historia y las voy a defender. No me gusta perder y no voy a perder lo que ya gané. Yo no voy a votar con odio. Voy a votar por el Perú”. 

De esta manera, la deportista Melchor resume el sentimiento y la forma de pensar de muchos peruanos que han conseguido surgir gracias a su propio trabajo y esfuerzo, superando los más diversos problemas: pobreza, exclusión, racismo, falta de agua potable, malos servicios del Estado, etc. Y las opiniones de Melchor son compartidas por la gran mayoría de peruanos. Por ejemplo en Junín, una región conocida por el espíritu emprendedor de sus habitantes y que a la gran crisis sanitaria y económica que actualmente enfrenta el país suma otro problema acaso peor: la pésima gestión de su Gobierno Regional, actualmente en manos del partido Perú Libre. 

Según los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), con una participación del 71.93% de electores, Perú Libre consiguió en Junín la más baja votación a nivel nacional en la primera vuelta electoral ( 22.9%) después de la conseguida en San Martín (21.36%). En la plaza política donde se gestó PL, del 100% de electores hábiles (982,556), tan solo 131,438 electores votaron por este partido. La victoria de Pedro Castillo en primera vuelta es, entonces, una derrota real en Junín. ¡Apenas 13 de cada 100 personas eligieron el partido de Cerrón! 

En Junín se castiga a Perú Libre por su ineficiencia en la conducción del gobierno regional. Según los vecinos “la administración es un desastre”. Teniendo los proyectos aprobados y fondos disponibles desde 2018, hasta ahora no se construyen los hospitales en San Martín de Pangoa, Pichanaki y Satipo; incluso este último ha sido trasladado a Río Negro porque el alcalde de Satipo no es del círculo de Cerrón.

“El modelo de gobierno de Perú Libre sirve para ofrecer trabajo a los Cerrón y Rojas: tíos, sobrinos, familiares y amigos”, señalan los vecinos. Los comunistas huancaínos –según ellos– usan la violencia física para callar a sus oponentes. Además, siendo médicos Cerrón y el gobernador que lo reemplaza (Fernando Orihuela) –por una sentencia judicial por corrupción que lo inhabilita de ejercer cualquier función pública–, los casos de contagios y muertes por Covid no han sido controlados, como esperaba la población. “Con dos médicos conduciendo Junín, la pandemia debió pasar inadvertida”, señalan los pobladores. Asimismo, según trabajadores del sector salud, “alguien tiene que investigar las adquisiciones y contratos realizados durante la pandemia; por ejemplo, para el levantamiento de cadáveres”. 

Al “desastre de la gestión” se suman acusaciones sobre el lugar elegido para el puente Comuneros, aquel que no tenía entrada ni salida; y para el aeropuerto “de Huancayo”, en Orcotuna, a pocos kilómetros del aeropuerto Francisco Carlé (Jauja). “¿Cuánto dinero mal utilizado por el Gobierno Regional? ¿Qué necesidad de pintar de rojo el edificio regional? ¿A quién beneficia ese color?”, se preguntan los vecinos, que se sienten burlados por una gestión altamente politizada.  

Mientras los marxista y colectivistas quieren imponer normas y regulaciones que impiden la ejecución de inversiones grandes y pequeñas, la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, garantizó ayer en Chota (el primer debate con Pedro Castillo) la continuidad del modelo económico que ha permitido en los últimos 20 años logros como la disminución de la pobreza (de 60% a 20%) y el crecimiento de las exportaciones agrícolas de US$ 800 millones a US% 7,500 millones). Y cabe  señalar que el 80% de las empresas agroexportadoras están conformadas por pequeñas y medianas empresas, la mayoría empresas familiares y dirigidas por mujeres como Melchor, que salen adelante sin prebendas ni facilidades del Estado.