Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
La precariedad del Cuerpo General de Bomberos
El incendio en la galería Nicolini, en las Malvinas, fue una tragedia de grandes proporciones que ha sido controlada luego de seis días de arduo trabajo de los bomberos. Muchos periodistas, autoridades e incluso el mismo presidente Kuczynski denunciaron la informalidad con la que operó la empresa JPEG S.A.C., responsable directa de la tragedia. Sin embargo existe otra tragedia que afecta a los miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP), que están organizados en sesenta compañías en Lima y Callao y 202 estaciones a nivel nacional.
El lunes 26 de junio, el comandante de los Bomberos, Alejandro León, informó que el incendio de las Malvinas se volvió incontrolable debido a que el 100% del personal —que estuvo presente el fin de semana apoyando con los rescates y aplacando el fuego— ya no se encontraba disponible en los días siguientes. El motivo: muchos bomberos trabajan, estudian o desempeñan diversas actividades sin posibilidades de permisos. Es evidente que los empleadores no están respetando el Decreto Ley N°1260, que establece licencias y permisos para los bomberos que desempeñen su labor cívica.
Pero eso no es todo. Cuando empezó el incendio en Las Malvinas se desató otro siniestro en un almacén del Ministerio Público. Se ordenó a setenta bomberos enfrentar el percance, y para todos fue evidente que las sesenta compañías de bomberos, distribuidas en 38 de los 49 distritos, no son suficientes para cubrir el área metropolitana y las periferias.
Al respecto en el cuerpo general de bomberos se informa que se necesita 120 compañías como mínimo para estar en condiciones de atender las emergencias en la capital. Vale resaltar que, hasta el mes de junio, los bomberos han combatido más de 2,500 incendios en Lima y Callao y más de 4,400 siniestros a nivel nacional.
El presupuesto del cuerpo de bomberos apenas suma S/ 45 millones, una cantidad que explica la falta de equipos para atender los siniestros en general. Por ejemplo, 20 bomberos que entraron con equipo especial a la galería Nicolini tuvieron que ser internados en cuidados intensivos por inhalar gases tóxicos debido a la precariedad de los equipos.
Pese a todas estas limitaciones del CGBVP, la institución se ha convertido en un baluarte de la sociedad que tirios y troyanos reconocen. El Estado debería entonces tomar cartas en el asunto y ayudar en la modernización y adquisición de nuevas tecnologías que permitan controlar los siniestros de manera más rápida y eficiente. En países como Australia, Indonesia, Rusia, Argentina y Brasil, por ejemplo, se cuenta con aeronaves y helicópteros especiales. Estas naves —que pueden almacenar entre 9,000 a 12,000 litros de agua— han demostrado ser muy eficaces para enfrentar incendios forestales, los cuales son de mayor magnitud. Estas naves no sufrirían percances por el tráfico de la ciudad y servirían para realizar rescates en pisos superiores.
Las condiciones del cuerpo de bomberos del Perú son precarias y las trabas que tienen para cumplir su labor se deja ver en este tipo de tragedias. El Estado no debe esperar que incendios así ocurran para comenzar a apoyar a una institución que tiene 156 años ayudando de manera voluntaria ante cualquier situación de peligro. Desde este portal, saludamos la valerosa intervención del CGBVP y su sacrificada labor. Y exhortamos al pueblo peruano a que reflexione sobre el trabajo de estos héroes sin capa que arriesgan sus vidas día a día.
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