Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
PPK Y Keiko Fujimori se saludan en celebración nacional
El milagro de san Martín de Porres de unir a perro, pericote y gato, lo hizo el vigésimo aniversario de la Operación Chavín de Huántar, que permitió la liberación de 72 rehenes mediante una impecable acción militar. En el frontis de la réplica de la residencia del embajador japonés en las Palmas Chorrillos, coincidieron el presidente Kuczynski y la lideresa de la oposición Keiko Fujimori. El jefe de Estado dirigiéndose a los comandos dijo que: “El gobierno para el cual trabajaron en ese momento se portó de manera eximia al organizar esta operación”. Un inesperado reconocimiento al gobierno de Alberto Fujimori en los noventa. El Mandatario también habló la necesidad de “voltear la página”, refiriéndose a la polarización entre fujimoristas y antifujimoristas. Luego habría de dirigirse directamente a la lideresa de la oposición señalando lo siguiente: “Y quiero saludar a la hija de don Alberto Fujimori que está aquí con nosotros”.
De pronto, la polarización que había recrudecido entre el oficialismo y la oposición —alimentada por una barra mediática irresponsable— parecía esfumarse. Los Comandos Chavín de Huántar hacían el milagro de abrir una puerta para la necesaria convergencia nacional. Después, la propia Keiko Fujimori respondería el gesto presidencial enviando varios tuits en los que elogiaba la decisión del gobierno de otorgar la más alta condecoración militar a los comandos Chavín de Huántar.
Por su lado, en el Congreso, mediante una abrumadora votación a favor, se declaraba a los Comandos Chavín de Huántar como Héroes de la Democracia, con la sola y extraña oposición del Frente Amplio, la bancada legislativa de la izquierda peruana. En otras palabras, el Perú se ha unido alrededor de una conmemoración que se convirtió en una verdadera efemérides nacional. Desde la caída del fujimorato, si bien durante las últimas administraciones comenzaron a ganar reconocimiento, nunca había sucedido nada parecido con los comandos Chavín de Huántar. Muy por el contrario, la izquierda jurídica se encargó de desarrollar una implacable persecución en contra de nuestros comandos, la que todavía no termina. La historia de la República registrará esta inefable mezquindad de quienes son capaces de desconocer a sus activos republicanos con tal de financiar sus proyectos y ONG.
Los hechos alrededor de este aniversario, de una u otra manera, le devuelven la cordura al sistema político, sobre todo si consideramos los resultados de las últimas elecciones nacionales. El voto popular eligió como jefe de Estado a PPK y consagró una mayoría absoluta del fujimorismo en el Legislativo. Es decir, eligió una mayoría prodemocrática y promercado, en clara contraposición con la propuesta estatista y antisistema de la izquierda.
En la medida en que la bancada pepekausa era la tercera fuerza del Legislativo, y que los planes de gobierno del oficialismo y la principal fuerza de la oposición eran muy parecidos, en cualquier democracia y sistema político del mundo se habría apostado que ambas fuerzas estaban llamadas a desarrollar algún nivel de colaboración. Sin embargo los extremos del pepekausismo y el fujimorismo hasta ahora se han venido imponiendo, desarrollando un sorprendente proceso de polarización.
En este portal no nos cansaremos de repetirlo: para superar la amenaza de la trampa de ingresos medios, la ralentización del crecimiento económico y seguir reduciendo pobreza como en las últimas décadas, el Perú necesita desarrollar reformas de segunda generación para mejorar el sistema institucional del Estado, resolver los déficits de infraestructuras y avanzar en las reformas de la educación, la salud y la legislación laboral. Semejantes reformas resultan imposibles si no existe un nivel de entendimiento entre el pepekausismo y el fujimorismo; no solo para conseguir las necesarias votaciones en el Congreso, sino sobre todo para organizar el suficiente respaldo político a las reformas.
Hasta hace unos días la posibilidad de acercamientos y entendimientos parecía demasiado lejana, en medio del griterío frívolo de algunos sectores de los medios de comunicación. Sin embargo los piropos entre PPK y Keiko echan luces y esperanzas. Quizá todavía podemos poner por delante las reformas que necesita el país.
COMENTARIOS