La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Congresistas obligan a Petroperú a asumir Lote 192
El Congreso aprobó por 71 votos a favor, 10 en contra y 12 abstenciones que Petroperú administre el Lote 192 luego de que Perú-Petro emita la correspondiente autorización, “previa evaluación y mediante negociación directa”. De esta manera, de un solo plumazo, como se dice, el Legislativo se derribó la Constitución Política que establece el papel supletorio del estado a la actividad privada y, por supuesto, también todas las leyes que organizan la actividad empresarial del estado y del propio Petroperú.
En otras palabras, los padres de la patria asumieron una decisión de pura política y, como en los mejores tiempos de la Guerra Fría y en los mejores momentos de los proyectos bolivarianos en América Latina, creyeron que las decisiones políticas -y no la lógica del mercado- “fortalecen empresas” y “posibilitan inversiones”.
Con semejante decisión se establece la posibilidad de anular el contrato de servicios que suscribió el estado con Pacific Estrategic Energy para administrar el Lote 192 por dos años y se violenta el principio constitucional que establece el papel supletorio del estado en la actividad empresarial. En la medida que el estado ha suscrito un contrato no solo es pasible de una demanda internacional sino que, en medio de la desaceleración con déficit fiscal, el bloqueo de grandes inversiones por conflictos sociales, el Perú hoy puede aparecer zurrándose en los contratos con privados y enviando terribles señales a los mercados globales.
Lo más gracioso y paradójico, y que desnuda brutalmente el carácter político electoral de la decisión legislativa, es que el propio directorio de Petroperú acaba de informar que no tiene las condiciones empresariales, tecnológicas ni financieras para asumir el Lote 192. Sin embargo los partidos que sumaron los 71 votos insistieron con la propuesta para no perder las adhesiones loretanas. ¿Las empresas ahora avanzan o retroceden por decisiones del Congreso? ¿Dónde estamos? ¿En un país asociado de la ex Unión Soviética o quizá del socialismo venezolano? El Congreso no tiene la menor facultad para intervenir en las decisiones corporativas de una empresa estatal. ¿De cuándo acá?
Es necesario precisar que el desmadre petrolero que contemplamos ha sido generado por el propio gobierno nacionalista porque, a sabiendas que el 29 de agosto vencía la administración de Pluspetrol del Lote 192, dejó las cosas para la última hora con los resultados que analizamos. Pero un sector de la oposición también tiene enorme peso en la responsabilidad porque se subió a la ola estatista con una facilidad que sorprendió a todos.
Ahora bien, hay algo de humor negro en el actual intento de “organizar una empresa estratégica” alrededor petróleo. El precio del antes denominado oro negro está en picada en el mercado internacional y todo indica seguirá así por la extracción del gas de esquisto. Si le sumamos los fracasos evidentes de PDVSA en Venezuela y Petrobras en Brasil, además de nuestra propia experiencia con el Petroperú del velascato, los hechos y la historia nos indican que el Congreso ha cometido un yerro descomunal.
Pero existe algo que es fundamental: el alto riesgo geológico para la actividad petrolera en el Perú, es decir, la casi ausencia de yacimientos, nos indica que los riesgos son altos y semejantes emprendimientos deberían ser asumidos por los privados antes que por el bolsillo de todos los contribuyentes. Si las cosas prosiguen así, cada vez será más fácil y barato importar petróleo, sobre todo considerando el petróleo pesado que se extrae de los yacimientos nacionales que eleva considerablemente los costos de producción.
Como se aprecia, el nacionalismo de la Gran Transformación “ha permanecido fiel a su viejo programa”, porque nos deja una parodia de empresa estratégica construida sobre la desesperación y el temor de los políticos a perder algunos votos en tiempo electoral.
COMENTARIOS