La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Una de las cosas más impresionantes –que seguramente representará material decisivo para la sociología, la historia y también para la filosofía–, es el odio comunista que se desató contra un anciano de 84 años al borde de la muerte luego de que el Tribunal Constitucional (TC) ratificara el indulto humanitario que Pedro Pablo Kuzcynski otorgó a Alberto Fujimori.
Los tuits, los pronunciamientos, y los rostros congestionados de los jóvenes que marcharon en contra de la decisión del TC de ratificar el indulto, de alguna manera evocaron a los jóvenes de la revolución cultural China de Mao y a los peores momentos de las guerras religiosas del pasado y del presente. Para entender lo que tratamos de señalar: las marchas contra Sendero Luminoso y el genocidio senderista también son pasionales, es verdad; pero en la mirada de los manifestantes no hay ese odio juvenil de los activistas que se oponen al indulto a Fujimori.
Detrás de esa oposición, entonces, hay un relato construido hora por hora, día por día, año por año, en las últimas tres décadas. No hay otra explicación. Pero esa ira contra un anciano a punto de fallecer solo puede provenir de una opción totalitaria que se ha planteado como objetivo la muerte en prisión del sentenciado.
Antes de los brochazos sobre este relato, vale decir que esta es la única narrativa que explica el triunfo de Castillo y la llegada al poder de un Gobierno influenciado por los comunismos más ortodoxos del planeta. Fue por ese relato que la ciudadanía votó por Pedro Castillo, no obstante que en la campaña electoral quedó en evidencia que era el menos preparado para el cargo. Si la gente votó por Castillo, no obstante sus vínculos con el maoísmo –base ideológica de Sendero Luminoso– solo fue por esa narrativa.
La única explicación del triunfo de Castillo es que un sector de las juventudes y de las clases medias creyó que Alberto Fujimori era igual o peor que Abimael Guzmán. No hay otra. Reflexionemos.
Ahora bien, ¿por qué hablamos de un relato, de una narrativa, de una forma de religión laica? Porque es un discurso arbitrario e injusto, o una simple estrategia de poder. Es verdad que durante los gobiernos de Alberto Fujimori se destruyeron las instituciones, hubo una grave corrupción y se violaron Derechos Humanos, nadie lo niega. Pero también es verdad que el gobierno de Fujimori ya forma parte de la historia por haber reformado el estado empresario y la economía estatista que solo creaba pobreza.
Sin embargo, en donde la injusticia y la simple estrategia de poder, se imponen es en el balance de la estrategia contraterrorista. La Comisión de la Verdad y Reconciliación habló de que “hubo un conflicto armado interno” y una estrategia de “violación sistemática de DD.HH.”. De allí proviene la matriz ideológica para establecer la injusticia acerca de que Fujimori puede ser igual a Guzmán.
Para desvirtuar estos argumentos mediáticos solo habría que señalar que la estrategia contraterrorista fue la movilización campesina más importante de toda nuestra historia republicana. Ni en las guerras de independencia, ni en las resistencias rurales en la Guerra del Pacífico, ni en las tomas de tierras en el siglo XX, hubo el nivel de participación campesina que en la estrategia contraterrorista.
En otras palabras, si observamos las estrategias contraterroristas del continente –la de Argentina, la de Uruguay, la de Chile– es incuestionable que la estrategia peruana fue una de las más democráticas de América Latina y con menos violaciones de DD.HH.
De allí que el Estado y los campesinos derrotaran en una década a uno de los movimientos terroristas más crueles de la historia, que controlaba una tercera parte del área rural. A Colombia todavía le cuesta medio siglo.
Si las cosas son así, entonces, Fujimori lideró la estrategia contraterrorista más democrática del continente. Sin embargo, algunos quieren que fallezca en la cárcel por los excesos y violaciones que todos condenamos. En todo caso, ¿cuál es la diferencia entre un relato y una aproximación a la verdad?
COMENTARIOS