Editorial Política

Enfrentar la demagogia comunista con el pueblo venezolano

En el Perú hay más de un millón de refugiados llaneros

Enfrentar la demagogia comunista con el pueblo venezolano
  • 27 de abril del 2021

En el Perú existe una enorme energía para hacer pedagogía frente a los ciudadanos que hoy sienten rabia contra el Estado fallido de la progresía colectivista, que no ha equipado hospitales, no garantiza el oxígeno, no ha comprado camas UCI ni vacunas suficientes para inmunizar a la sociedad. Nos referimos a los más de 1.2 millones de venezolanos que han escapado de la dictadura y la tragedia humanitaria que ha desencadenado el chavismo en Venezuela.

Y decimos que los refugiados venezolanos representan una poderosa energía, porque ellos han vivido en carne propia el proceso en el que la furia de una sociedad frente a las deficiencias de un sistema arroja a una sociedad a la barbarie del comunismo, del colectivismo. A los venezolanos nadie les puede contar esa película. 

Por ejemplo, hoy los comunistas propagandizan en las comunidades y poblaciones que los ciudadanos locales se convertirán en “los dueños de las minas”; sobre todo en el sur del Perú, donde se concentra la mayor producción de cobre nacional. Demagogia y propaganda que puede pasar porque el Estado, ya sea a través del gobierno central o de los gobiernos regionales –la mayoría socios de Pedro Castillo– no han distribuido la renta minera (impuestos que pagan las empresas) mediante la construcción de carreteras, postas médicas, escuelas y agua potable y alcantarillado.

Los partidos y los movimientos que defienden el sistema republicano y la economía de mercado, deberían entonces movilizar a los ciudadanos venezolanos, refugiados en el Perú, para que les cuenten a los peruanos cómo Venezuela se degradó, pasando de ser el primer productor de petróleo en el mundo a un país que importa combustibles, que raciona la gasolina e incluso que carece de energía eléctrica. La manera cómo el chavismo depredó Petróleos de Venezuela (PDVSA) en base al estatismo, la corrupción y la clientela, es una de las principales estampas de la actual tragedia venezolana.

Igualmente, los demagogos comunistas comienzan a propagandizar que, en un eventual gobierno de Pedro Castillo, se expropiarán las tierras dedicadas a la agroexportación y luego se parcelarán en pequeñas unidades de tres hectáreas. La propaganda comunista crea una inmediata ilusión en los ciudadanos golpeados por el Estado fallido del progresismo. En la medida de que hoy cada hectárea en Ica, por ejemplo, cuesta US$ 50,000 la ilusión de tener US$ 150,000 a través de las expropiaciones es extremadamente tentadora. 

Sin embargo, todo es una vana ilusión. Si esas tierras ahora tienen ese valor se explica por la productividad y la alta inversión en capitales y tecnología en las unidades agroexportadoras. Minutos después de las expropiaciones, esas tierras no valdrán nada. Quizá US$ 1,000 por hectárea. Pero seguirán valiendo menos por la prohibición del mercado de tierras y la acumulación de capital. Los nuevos parceleros entonces tendrán que emigrar a otros países con inversión y vender caramelos para mantener a sus familias.

En este contexto del sector agroexprotador, se necesita que el empresariado y los defensores del sistema republicano movilicen a los ciudadanos venezolanos para que expliquen en los pueblos y a los trabajadores agrarios en qué se convirtieron las promesas chavistas sobre el agro en Venezuela. En el país llanero se expropió al sector privado y se formaron grandes cooperativas, y el capital huyó de la agricultura. Si el pueblo venezolano no tiene leche, arroz, azúcar ni huevos, entre otros, es por las expropiaciones implementadas. Sin el sector privado la producción agraria se derrumbó y el hambre se generalizó.

En cualquier caso, el testimonio del refugiado venezolano es una poderosa fuerza pedagógica que los defensores del sistema republicano debemos utilizar hasta el límite. Es una acción legítima, justa, absolutamente apegada a la verdad, y muy distante de las estrategias goebbelianas del comunismo que pretende incendiar el Perú.

  • 27 de abril del 2021

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