Editorial Política

Emerge una cultura por la libertad, pero sin clase política

Resistencia nacional a la constituyente y propuesta de nacionalizaciones

Emerge una cultura por la libertad, pero sin clase política
  • 07 de abril del 2022

La masiva movilización de los limeños del pasado 5 de abril y el desborde social en provincias y regiones se dirigen en contra de un Gobierno claramente identificado con una posición en contra de la inversión privada y los mercados. En otras palabras, en el Perú se comienzan a escenificar una de las movilizaciones más impresionantes de la sociedad de América Latina, a favor de la preservación de la Constitución, las libertades políticas y económicas y el sistema republicano.

A diferencia de las masivas movilizaciones en Chile y Colombia, por ejemplo, las protestas en el Perú no se dirigen en contra del supuesto “modelo neoliberal”, sino en contra de un Gobierno que promueve una asamblea constituyente y propone nacionalizar los recursos naturales. Es decir, las impresionantes movilizaciones de los peruanos se dirigen en contra de un Gobierno enemigo de la inversión privada y las libertades.

Para desarrollar un análisis reduccionista: las movilizaciones en Perú vienen por la centro-derecha, mientras que en el resto del continente vienen por la izquierda. ¿Cómo entender esta particularidad? Los sucesos en el Perú no se explican por la reacción de una clase política o determinados liderazgos. Tienen que ver con el hecho incuestionable de que el Gobierno de Pedro Castillo ha detenido abruptamente tres décadas de crecimiento y proceso de reducción de pobreza.

Los anuncios del Ejecutivo sobre la constituyente y las nacionalizaciones han desplomado el crecimiento de la inversión privada, el principal motor y combustible del modelo que triplicó el PBI y redujo la pobreza del 60% de la población a 20% antes de la pandemia. Un modelo que organizó el mayor momento de inclusión económica y social de nuestra historia republicana. Y poco a poco la ciudadanía ha entendido que la destrucción de la economía está vinculada al proyecto de la constituyente y el cuestionamiento de la vigencia de la Constitución de 1993.

Con la invasión rusa de Ucrania los precios de la canasta básica se dispararon y la sociedad peruana explotó. Sin embargo, las sumas de estos trágicos hechos están llevando a la mayoría de los peruanos a construir una cultura a favor de las libertades y el sistema republicano. La impresionante movilización democrática y pacífica de miles de limeños en contra del decreto que establecía el toque de queda e inamovilidad social el pasado 5 de abril es la mejor demostración. La sociedad se declaró en desobediencia civil y el Ejecutivo retrocedió.

Por todas esas consideraciones no es de extrañar que la sociedad, igualmente, comience a protestar en defensa de la inversión privada y el empleo frente a la ofensiva colectivista y anti inversión de las minorías radicales. Por ejemplo, llamó poderosamente la atención que en la protesta de los agricultores en el sur se demandara el restablecimiento de la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), que establecía un régimen tributario y laboral especial para las inversiones agroexportadoras. Los manifestantes entonces exigían flexibilidad laboral en los contratos para acceder a los beneficios de la ley y superar la informalidad.

Asimismo, no sería nada extraño que las autoridades regionales de Apurímac, los alcaldes y los frentes de defensa provinciales, desarrollen un paro regional en defensa de MLB-Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grande del mundo, paralizada por más de 460 días por bloqueos perpetrados por minorías radicales de una región diferente. La situación en Apurímac se vuelve insostenible.

El desastre comunista entonces lleva a la mayoría de peruanos a apreciar y a defender las libertades. Sin embargo, el fracaso del Ejecutivo no ha significado construir una alternativa desde el Congreso y la consolidación de una clase política. Por el contrario, la conducta de la mayoría de legisladores revela que el derrumbe de Castillo y la emergencia de una cultura de la libertad se desarrollan frente a la ausencia de una clase política en todas las líneas.

La oposición es incapaz de impulsar reformas para cambiar el sistema político, institucional y cultural, que encumbró a Castillo; es incapaz de defender el modelo económico de la ofensiva populista, mientras se entretiene en dos procesos de vacancia presidencial sin contar con la mayoría necesaria.

De pronto Ejecutivo y Legislativo empiezan a aparecer cuestionados por igual. Increíble el error de la mayoría legislativa.

  • 07 de abril del 2022

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