Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Los historiadores nos han demostrado más de una vez que las repúblicas que perduran en el tiempo son aquellas que han logrado defenderse de las amenazas internas y externas. Únicamente cuando las instituciones funcionan frente a estos desafíos, las repúblicas han logrado mantenerse en pie, tal como sucedió con Estados Unidos e Inglaterra a lo largo de su historia.
Hoy el proceso de construcción republicana –que ha mantenido una continuidad de dos décadas–, y en general todo el proceso de construcción de la peruanidad, enfrenta su mayor desafío: una propuesta comunista que no solo pretende concentrar poder y colectivizar la economía, sino que –sobre todo– intenta destruir el proceso de mestizaje y los procesos de convergencias nacionales que se han producido a través de los mercados formales e informales.
Quizá solo basta señalar que Lima y las principales ciudades del país son los mayores crisoles del mundo andino, que se ha mezclado con las tradiciones criollas, produciendo una peruanidad que haría palidecer de envidia a los próceres y a los intelectuales que no contemplaron la mayor revolución social de la historia nacional. Todo este proceso se ha fraguado en los mercados formales e informales de Lima, Juliaca, Huancayo, etcétera. De allí que el 80% de los peruanos habite en las ciudades y solo 20% en el área rural.
El proyecto de Pedro Castillo y Perú Libre para lograr imponerse debe destruir el proceso nacional de mestizaje y convergencias nacionales. Para alcanzar este objetivo necesita centralizar autoritariamente el poder, colectivizar la economía y construir un relato que convierte a la influencia de Occidente y de España en los enemigos principales a combatir. Algo así solo será posible haciendo trizas la Constitución Política y arrasando con las instituciones.
Al margen del envilecimiento de las instituciones que desataron las administraciones de Vizcarra y de Sagasti, es incuestionable que la posibilidad de responder a la amenaza comunista solo reside en esas mismas instituciones. Únicamente el Congreso de la República, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General de la República, el Banco Central de Reserva, entre otras entidades, están en la posibilidad de defender la Constitución, las libertades y los derechos de propiedad consagrados en el texto constitucional.
De alguna manera entonces la reacción de las instituciones determinará el futuro de la libertad. Sin embargo, para que la defensa de las libertades políticas y económicas prospere, el pueblo peruano debe ganarse el derecho a vivir en libertad. Y ese objetivo solo será posible si cada ciudadano, cada familia, cada empresa, cada casa y cada edificio en el país se convierten en activistas cívicos y pacíficos que defienden la libertad y la propiedad.
De otro lado, igualmente, los líderes políticos jóvenes y viejos, los nuevos colectivos y partidos antiguos, las diversas organizaciones sociales y todas las formas de expresión ciudadana deben ser capaces de gestar y construir la más amplia unidad de la oposición para defender las libertades y los derechos de propiedad.
Semejante unidad, tal como se sostuvo, en el masivo mitin del domingo pasado en el Campo de Marte, debe abarcar a la mayoría opositora en el Congreso y también al gigantesco proceso de organización que debe desarrollarse en el seno de la sociedad: desde los distritos hasta las provincias.
Asimismo, la lucha contra el proyecto comunista de la administración Castillo, a nuestro entender, convertirá al Perú en un inmenso taller ideológico y cultural para desarrollar una autopsia general de todas las teorías progresistas que organizaron la llegada de la actual administración comunista. Desde las ideologías de género hasta el radicalismo ecológico, que solo busca detener el avance del capitalismo.
En otras palabras, hemos arribado a una encrucijada, en la que –al igual que dos siglos atrás– los peruanos deben ganarse el derecho de vivir en libertad. Siempre vale recordar que cuando la noche está más oscura es porque más cerca está la luz del día.
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