Editorial Política

¡El Perú con Michiquillay!

Una nueva mina de cobre para seguir reduciendo pobreza

¡El Perú con Michiquillay!
  • 02 de noviembre del 2017

Aquellas empresas que buscan la adjudicación del proyecto Michiquillay en Cajamarca deben presentar el sobre número uno de precalificación hoy jueves 2 de noviembre, según ha señalado el director ejecutivo de ProInversión, Alberto Ñecco. Se prevé que de las veinte empresas que han adquirido la base del concurso (en su gran mayoría de clase mundial), alrededor de ocho proseguirán con la adjudicación. De concretarse las cosas estaríamos ante un tremendo éxito de Proinversión porque significaría que el Perú volvería a la senda de la inversión minera, paralizada por la estrategia del radicalismo antiminero, que pretende detener la producción de cobre nacional.

Vale señalar que el proyecto Michiquillay demandará una inversión de US$ 2,000 millones y proyecta producir 80,000 toneladas de cobre diario. Si todo sale bien con Michiquillay, el Perú y los pobres del país se beneficiarán de una nueva inversión en el preciado metal rojo, luego de que el radicalismo antiminero logrará bloquear los proyectos Conga y Tía María —durante el pasado Gobierno nacionalista— y que, en la actualidad, impulse un acoso sin cuartel en contra de la producción de las minas del sur del Perú.

Es más, una nueva inversión en cobre en momentos en que el metal rojo acumula en el 2017 una subida de 25% y cuando se calcula que un 10% de incremento representa un ingreso de S/ 700 millones adicionales para el fisco, es una increíble noticia que parece señalarnos que el Perú está bendecido por sus recursos naturales.

Pero eso no es todo. Según algunos estudios de diversos organismos internacionales, el precio del cobre seguirá cuesta arriba; y no es exagerado hablar de un nuevo superciclo de precios, por el incremento de la demanda de autos eléctricos, el desarrollo de las energías renovables y la continuidad de la demanda China. Las cosas para el Perú van tan bien que ya volvemos a las épocas de superávit entre importaciones y exportaciones, y el 2018 es casi seguro que creceremos más del 4%.

En este contexto, finalmente, se ha establecido que la fecha de adjudicación de Michiquillay será el próximo 20 de diciembre (ya no el 15 de noviembre) con el objeto de recoger el punto de vista, los criterios y las necesidades de las comunidades y poblaciones adyacentes al proyecto minero. Por estas consideraciones, en ProInversión existe un fundado optimismo con el proyecto, pues el Estado ha promovido una estrecha relación entre el desarrollo del proyecto, el Estado y las poblaciones. La empresa que se adjudique el proyecto, entonces, hallará un clima social estable para desarrollar la iniciativa.

En el desarrollo del proyecto Michiquillay es evidente que el Estado afina una nueva estrategia social con respecto a las inversiones mineras. Por ejemplo, de la suma total que el adjudicatario entregue al Estado, el 50% se destinará al Fondo Social Michiquillay. Es decir, la iniciativa se ocupará del desarrollo de proyectos de impactos sostenibles con objeto de crear empleos, atender a la población en extrema pobreza y financiar proyectos de infraestructura social y productiva que beneficien a las poblaciones adyacentes a la mina.

Sin embargo cabe estar atentos ante las estrategias del radicalismo antiminero, al que no le interesan el Perú ni los pobres. Ya se conoce que algunos sectores empiezan a señalar que el proyecto Michiquillay pone en peligro la microcuenca del río La Encañada —ubicado sobre los 3,950 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.)— porque se “afectarán los acuíferos”. Semejante argumento pretende fundamentarse en la ley de cabeceras de cuencas, que establece la posibilidad de determinar que una zona sobre los 3,000 m.s.n.m. es una cabecera de cuenca y, por lo tanto, libre de inversiones mineras. Semejante argumento es una aberración científica. Los ríos y acuíferos provienen de las lluvias y el mundo desarrollado nos enseña que la única manera de cosechar agua para la población y la agricultura es construyendo represas y reservorios.

Hoy el precio del cobre repunta. Lamentablemente proyectos muy relevantes como Conga y Galeno han sido paralizados por las prédicas del radicalismo antiminero. No hay duda de que si Michiquillay sale adelante estaríamos frente a un importante impulso de la economía cajamarquina que, a pesar de ser una de las regiones más pobres del país, tiene latente a la estrategia radical que solo busca la detención de los trabajos extractivos, para convertir la economía en estatista.

  • 02 de noviembre del 2017

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