Los peruanos e hispanoamericanos celebramos la Semana Santa, d...
La elección de María Isabel León como presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Privadas Empresariales (Confiep) tiene un enorme significado para el debate público del país. El máximo gremio empresarial ha decidido encumbrar a una mujer de larga trayectoria académica y empresarial en el campo de la educación. Pero no solo se trata de la Confiep. Leonie Roca preside la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional, luego de una larga y reconocida trayectoria en el sector público y privado. Los mismo sucede con Cayetana Aljovín, quien preside la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP); con Giovanna Prialé, quien preside de la Asociación de AFP; con Claudia Cooper, quien preside el directorio de la Bolsa de Valores de Lima; con Elena Conterno, quien preside IPAE; y con Yolanda Torriani, quien preside la Cámara de Comercio de Lima.
Todas las mujeres mencionadas tienen una trayectoria pública y privada, impecable, basada en los méritos y el esfuerzo propio. Ninguna de ellas encabeza esos organismos empresariales por las llamadas “cuotas de género”, sino por virtudes y calidades propias. Cualquiera puede discrepar con ellas, pero es imposible desconocer sus capacidades.
En tiempos en que las corrientes que fomentan “la ideología de género” y “las cuotas de género”, a veces, con criterios que se confunden con el anticapitalismo y la demonización de la inversión privada, vale discutir el papel de la economía, el capitalismo y el crecimiento en la construcción de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Es evidente que los avances en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres tienen que ver mucho con la lucha de las propias mujeres; por ejemplo, por el derecho al sufragio. Allí están las memorables jornadas de las sufragistas en el mundo anglosajón en la primera mitad del siglo XX, que se expandieron por todo el mundo y que incluso llegaron al Perú.
Sin embargo, la lucha de las féminas para conseguir los mismos derechos políticos y civiles que los hombres no hubiese sido posible si el capitalismo, luego de la Segunda Guerra Mundial, no hubiera desarrollado un sector de servicios complejo y poderoso para atender las demandas de las nuevas clases medias. En estos nuevos sectores de la economía las mujeres adquirieron más protagonismo que en las fábricas de las primeras oleadas de la revolución industrial. Es obvio que la posibilidad de inserción en la economía aumentaba la independencia de las mujeres y reforzaba la lucha por igualdad de derechos políticos y civiles.
En el Perú las reformas económicas de los noventa han desencadenado el momento de mayor igualdad económica, social y política entre hombres mujeres. Los ejemplos son muchos, pero falta documentarlos. Por ejemplo, el avance de los derechos de propiedad en las ciudades —particularmente en Lima— posibilitó que las mujeres abandonaran las casas que debían vigilar ante la posibilidad de potenciales invasores, mientras el esposo salía a conseguir el diario. De allí, por ejemplo, que entre los múltiples rostros de la economía emergente es imposible desconocer los de las mujeres. Miles de negocios del emporio comercial de Gamarra, por ejemplo, están controlados por mujeres. Y, en general, la mayoría de las tiendas de las sociedades emergentes de la ciudad está controlada por mujeres.
Si hablamos del tema educativo, igualmente, la inversión privada en educación ha posibilitado que la oferta de la matrícula de educación superior se amplíe y diversifique. Hoy los claustros expresan fielmente la proporción hombres y mujeres de la sociedad, no obstante que la universidad pública no amplía su matrícula desde tres décadas atrás.
En cualquier caso, el tema es asunto abierto a la discusión. Pero si hoy el Perú ha avanzado a mayores niveles de igualdad entre hombres y mujeres se debe a un motivo principal: el desarrollo del capitalismo y el impresionante crecimiento económico de las últimas tres décadas. La elección de María Isabel León a la presidencia de la Confiep refleja fielmente esa tendencia poderosa en la sociedad. Felicitaciones, pues.
COMENTARIOS