Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Ante el incuestionable crecimiento de la lectoría de El Montonero y su evidente influencia en la vida pública, algunos periodistas de la gran prensa intentan etiquetarlo como “fujimorista”, aunque le agregan el calificativo edulcorado de “sensato y concertador”. En otra palabras, un proyecto de raíz hayekiana y de aproximación filosófica popperiana puede ser calificado de “fujimorista” porque no participa de la polaridad fujimorismo versus antifujimorismo que envenena a la República y que distrae a la sociedad de las urgentes reformas promercado. ¡Interesante! La voluntad de etiquetar a El Montonero también se explica porque nuestro portal ha enfrentado todas las campañas de información —que a nuestro entender más parecen acciones políticas— que pretenden atribuirle todas las responsabilidades de la crisis política solo a un lado de la polarización.
Pero, ¡qué curioso! De lado del extremismo del fujimorismo también nos etiquetan como caviares. Sobre todo por nuestra clara posición de mantener al presidente Kuczynski en el cargo hasta el 2021, al margen de cualquier circunstancia, en base al artículo 117 de la Constitución, que evita que el presidente sea acusado e investigado durante su mandato, exceptuando algunos casos específicos.
Pero eso no es todo. El Montonero es quizá el medio que más se ha enfrentado a las leyes populistas y estatistas de la mayoría legislativa que se han aprobado en el Congreso: la ley de cabeceras de cuenca —que puede liquidar gran parte de la minería—, la norma que prohíbe utilizar leche de polvo importada en la elaboración de lácteos, la ley que homologa las jubilaciones de los militares retirados con los de actividad —por la amenaza fiscal que representa— y, en general, con todas las iniciativas de gasto. En este caso diversos sectores del fujimorismo nos califican como proempresariales.
Uno de los mayores logros de la estrategia de polarizar el Perú entre fujimoristas y antifujimoristas, que desarrollan los proyectos antisistema y también la llamada izquierda caviar —que busca mantener sus posiciones en el Estado—, es dividir el Perú entre dos bandos e intentar arrinconar a las posiciones independientes e irreverentes, como las de El Montonero, en una de las orillas. La guerra y la polarización —a diferencia de la buena política, que busca pactos y acuerdos— pretende ahogar a los centros y las equidistancias porque es la única manera de desarrollar su plan de eliminación de adversarios.
Los intentos de etiquetar a nuestro portal continuarán de parte de algunos sectores. Recuérdese que en las elecciones nacionales pasadas, cuando El Montonero apenas nacía, el aparato nadinista también intentó etiquetar a El Montonero como “aprista” o “alanista”.
En todo caso, hay ya muchas señales de que El Montonero avanza. En tiempos de pensamiento único en las redacciones, El Montonero es quizá el medio más plural del país porque entre sus columnistas figuran apristas, socialistas, fujimoristas, ex fujimoristas, pepekausas y liberales hayekianos, y también estuvieron ministros del actual Ejecutivo. A la izquierda le irrita y le asusta que haya nacido un periodismo liberal de verdad, o si quieren de derecha moderna, que empieza a romper el monopolio zurdo. Y pensar que todo recién empieza.
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