La comisión de Constitución del Congreso de la R...
La reacción de los estadistas, gerentes, funcionarios, y dueños de grandes compañías reunidos en el Foro Económico Mundial (WFC en inglés), debió haber sido de un estupor indescriptible luego de escuchar las declaraciones de la Vicepresidente, Dina Boluarte, en contra de la minería peruana. Y no exageramos que la reacción debió haber sido de estupor, porque todos ellos sabían que las cosas que declaraba la Vicepresidente eran mentiras.
Boluarte dijo que las empresas mineras peruanas contaminan el medio ambiente, los ríos, pastizales y lagunas. Cuando ella utilizó la figura de Robinson Crusoe para apuntalar que el Perú no era una isla y, por lo tanto, el capitalismo tenía que ayudar a este país “en su lucha por salvar el medio ambiente”, las cosas se movieron entre la tragedia y la comedia, o quizá la simple ridiculez.
¿Por qué los principales protagonistas del Foro de Davos sabían que Boluarte solo hablaba mentiras? La mayoría de empresas mineras modernas peruanas tienen matrices en las grandes capitales del mundo y listan en las principales bolsas del planeta. Cualquier práctica que rompa con los rígidos estándares ambientales a los que están sometidas estas compañías por tratados ambientales y severas legislaciones de las sedes de sus matrices, simplemente derrumbaría el valor de las acciones. Las compañías mineras modernas, entonces, se rigen por los más severos criterios ambientales de todo el planeta. Algo parecido sucede con los derechos laborales en este tipo de empresas.
Boluarte desinformó en Davos, ya sea por desconocimiento o por estrategia, no obstante que los asistentes a ese evento estaban bien informados. Pero lo más grave: el mensaje que se envió al mundo es que la minería peruana, una de las mejores del planeta, ya no iba más. Se ahuyentaba cualquier posibilidad de nueva inversión en medio de un superciclo de precios planetarios.
Boluarte entonces hablaba de una contaminación ambiental que, en el caso del Perú, solo es causada por la minería ilegal que depreda ríos y parques nacionales, sobre todo en la selva. Cuando ella habló de los niños contaminados por el plomo porque los ríos andinos son contaminados por la minería, la pregunta acerca de si estamos ante la ignorancia de los hechos o ante una estrategia se volvió dramática y urgente. Todos sabemos, por sendos informes internacionales y por uno elaborado en el propio Consejo de Ministros, que la contaminación de los ríos andinos se debe a la intensa actividad volcánica que existe en el sur y produce una contaminación natural de los ríos con determinados minerales. Se trata del fenómeno llamado lahar.
El resultado del viaje de Boluarte: un ataque terrible contra el Perú y la minería nacional. ¿Puede haber tanto desconocimiento en un Vicepresidente? No parece posible, porque siempre hay un asesor medianamente informado.
Quizá la única explicación de los hechos resida en que la señora Boluarte, finalmente, se ha revelado como una activa militante del Foro de Sao Paulo y de Perú Libre, y que todos los distanciamientos con las corrientes comunistas ortodoxas solo son gambitos para la tribuna.
Bajo esta lógica, el Foro Económico Mundial es una inmejorable tribuna para dejar en claro que el Foro de Sao Paulo y la escuela cubana han impuestos sus reales en este país, que cualquier duda con respecto a la naturaleza del Gobierno de Pedro Castillo debe ser disipada.
Vistas las cosas así, se trata de un terrible ataque contra el Perú, con el objeto de desalentar nuevas inversiones, detener el crecimiento y la reducción de la pobreza, y avanzar hacia la estatización de la minería.
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