Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Al cierre de esta edición se cumplen dos semanas exactamente desde que algunos dirigentes y sectores de la población –azuzados por el radicalismo antiminero– mantienen bloqueado el corredor vial del sur, en el sector Huaylla Huaylla (en la provincia cusqueña de Chumbivilcas). No obstante, la administración Castillo ni se inmuta frente a esta grave situación social que pone en peligro las operaciones mineras y, por ende, la economía nacional.
En el llamado corredor vial del sur se emplazan las minas que producen más del 50% del cobre nacional. ¿Cómo entonces el Ejecutivo puede permanecer impasible ante la acción del radicalismo antiminero que busca detener la producción de cobre y bloquear diversos proyectos mineros?
Como ya hemos informado, diversos sectores de las comunidades del distrito de Capacmarca en Chumbivilcas bloquearon el sector Huaylla Huaylla. El argumento del radicalismo antiminero fue que los camiones que trasladan el mineral de las Bambas al puerto de Matarani estaban contaminando el medio ambiente. Como todos sabemos, los camiones llevan la producción encapsulada, y así es imposible que contaminen.
El presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, se trasladó a la zona y se comprometió a que el corredor minero del sur sería reclasificado de vía nacional a vía local. Además, prometió que los comuneros se convertirían en proveedores de la minera, a través de empresas comunales.
Estas promesas se formularon sin ningún sustento técnico y sin aval de las empresas mineras. Si se cambia la naturaleza de vía de nacional a local, en el acto, se liquidaría la producción minera. Las autoridades locales y los líderes comunales, alentados por el radicalismo, solicitarían “derechos de paso” y otras demandas al margen de la legalidad. La producción minera se volvería inviable por la renuncia del Estado a administrar las vías del país. Una verdadera locura, considerando la importancia económica de la zona.
Asimismo, Bellido no puede prometer absolutamente nada a sectores y comunidades que no forman parte del área de influencia directa e indirecta del proyecto minero. Ese tipo de decisiones se determinan en el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto.
Como las promesas de Bellido simplemente no se pueden cumplir, los dirigentes comunales retomaron el paro y el bloqueo de la vía, que suma más de 14 días, en Huaylla Huaylla. Pero desde la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) no se ha asumido el problema.
El día miércoles 22 de septiembre se realizó una reunión convocada por la PCM, a la que asistieron solo los dirigentes de las comunidades supuestamente afectadas, exigiendo el cumplimiento de las promesas de Bellido y la asistencia de los representantes de Las Bambas. No se cumplieron las promesas ni asistieron los representantes de la empresa.
El asunto es que el paro y el bloqueo continúan. Los camiones de Las Bambas no transitan por la zona y lo hacen por una vía alterna y sumamente peligrosa y cara (Cotabambas-Anta). Las promesas de Bellido empiezan a desatar un desmadre social. El PCM sabía que el cumplimiento de las promesas no dependería del Ejecutivo, sino del marco legal establecido.
Bellido entonces ha creado una verdadera bomba de tiempo en el corredor vial del sur y ha puesto en peligro la mitad de la producción de cobre del Perú.
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