Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Días atrás un medio de comunicación de orientación marxista y antiminera difundió un video lleno de leyendas y mentiras en contra de las inversiones mineras en la provincia cusqueña de Espinar. No es la primera vez que se utiliza el periodismo para fines de propaganda antiminera.
El documental, elaborado por un periodista llamado Vidal Merma, un operador de la organización no gubernamental llamada Derechos Humanos sin Fronteras, no sólo miente, sino que también busca crear conflictos artificiales contra las inversiones mineras en Espinar.
Usando el argumento desgastado de la contaminación y de la pobreza, el periodista construye una serie de leyendas e inexactitudes. Por ejemplo, sostiene que los ríos están contaminados por la actividad de una empresa minera instalada en la zona. Sin embargo, como prueba solo presenta la declaración de un poblador.
El argumento de la contaminación de los ríos persiste pese a todos los informes científicos y técnicos que lo desmienten claramente. Vale recordar que en febrero pasado una comisión multisectorial –encargada de evaluar los posibles daños ambientales en las comunidades originarias de Espinar, en el Cusco– de la Presidencia del Consejo de Ministros demostró lo que siempre se ha sabido: que existe una contaminación natural en las provincias altas de Cusco. Pero Vidal Merma y las organizaciones no gubernamentales de izquierda persisten en decir que es la minería moderna la que contamina. No existe información científica que lo respalde, pero se acusa fácilmente.
Asimismo, estos operadores políticos que hacen las veces de periodistas siguen desarrollando mentiras e inexactitudes sobre la pobreza y los supuestos pocos beneficios de la minería en la zona. Los antimineros ocultan adrede que el Ministerio de Energía y Minas realizó un informe para analizar el impacto del Convenio Marco en Espinar, entre la sociedad civil y la empresa minera.
En ese documento se precisa que el aporte total de la minería a esa localidad ha sido de alrededor de S/ 1,495 millones. Ese monto explica entonces la enorme reducción de pobreza en Espinar. En el 2007 la pobreza en Espinar era alrededor de 65%; pasó a 25% en el 2013 y a 16% en el 2017. Es decir, nada menos que casi 50 puntos porcentuales de disminución.
Como lo afirmamos en un informe sobre el tema, existe una clase media que ha emergido alrededor de las actividades vinculadas a la minería, con empresas comunales y privadas potentes. Pero para los comunicadores de militancia marxista semejante realidad no tiene importancia.
No nos cansaremos de repetirlo: los grandes responsables de que la riqueza minera no se distribuya a las regiones, provincias y distritos en donde se emplazan los proyectos mineros, son los gobiernos central, regionales y locales. Es decir, el Estado ha fracasado en la distribución de la renta minera que las compañías pagan a través de los impuestos.
Con toda esa riqueza el Estado ha sido incapaz de construir carreteras, postas médicas, escuelas, sistemas de agua y desagüe, y de cambiar la situación económica y social de las poblaciones. En este escenario, los sectores antimineros –en vez de plantear una alianza entre las poblaciones y las empresas para exigir que el Estado redistribuya la riqueza minera– se dedican a demonizar a las compañías mineras.
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