Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
El lunes pasado, en una movilización pacífica, diversas organizaciones empresariales y dirigentes de comunidades del distrito de Challhuahuacho –donde se ubica la operación Las Bambas– rechazaron los bloqueos y las acciones violentas de algunas comunidades de Chumbivilcas en el denominado corredor vial sur (o corredor minero).
Los empresarios locales y los dirigentes, exigieron además a las autoridades, sobre todo al presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, y a los representantes del Estado, solucionar de una vez y por todas el conflicto en esta zona estratégica para la minería. Asimismo, solicitaron a las autoridades aplicar el estado de emergencia en la zona, de modo que se aseguren las inversiones y el orden, y se respete el marco jurídico.
Hasta el cierre de esta edición, aún no existía un acuerdo entre los representantes del Estado –Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), Ministerio de Energía y Minas (Minem)– y los dirigentes de las comunidades de la provincia de Chumbivilcas.
Vale recordar que la demanda de los dirigentes reunidos en el Frente de Defensa de los Intereses de Chumbivilca (Fudich) es que las comunidades participen, a través de sus empresas, como proveedoras de las operaciones mineras; y sobre todo, que el Gobierno cambie la clasificación del corredor de vial del sur de uso nacional a una vía local.
Ahora bien, a pesar que en reuniones pasadas, los funcionarios de MMG-Las Bambas han propuesto una estrategia de desarrollo en la que –por ejemplo– se incluye que las comunidades sean proveedoras y programas de desarrollo productivo ganadero y agrícola, los dirigentes de Fudich han rechazado de plano estas iniciativas para solucionar los bloqueos en la zona. ¿Por qué? Según los dirigentes de las comunidades de Chumbivilcas, el premier Guido Bellido, a nombre del Estado, se comprometió a que el corredor vial sea reclasificado como vía local. En caso de que no se cumpla esta promesa, según los dirigentes, los bloqueos se reiniciarán.
Honestamente no sabemos por qué Bellido hizo semejante compromiso. Si el corredor vial del sur se reclasifica en vía local esta estratégica zona, donde se produce alrededor del 50% del cobre que el Perú exporta, se transformaría en un escenario –literalmente– de guerra permanente. Cada localidad o comunidad se vería alentada a establecer una aduana para el paso de los camiones encapsulados que transportan el mineral que se produce en las minas.
Si algo así ocurre, en la práctica se estaría liquidando la minería moderna y las inversiones privadas, que han logrado convertir al Perú en uno de los puntales del cobre a nivel mundial. El Estado habría fracasado en la redistribución de la riqueza minera y en garantizar el paso de los camiones que transportan el mineral de varias de las minas más grandes del planeta.
Se calcula que Challhuahuacho y la región Apurímac pierden alrededor de dos millones de soles por cada día de bloqueo. En los más de 20 días de interrupciones de la carretera se perdieron alrededor de S/ 40 millones. De allí que hoy los empresarios locales, autoridades, y dirigentes comunales, salgan a protestar de manera pacífica contra los arrebatos de los dirigentes del Fudich en Chumbivilcas.
Al gobierno comunista de Castillo, Cerrón y Bellido, al perecer, no le interesa resolver este gran problema. Es seguro que no declararán el estado de emergencia en la vía y buscarán que el problema se agrave. Allí está la propuesta de Bellido de reclasificar la vía nacional.
¿Por qué agravar el problema? Porque luego se desarrollaría la narrativa acerca de que es la empresa minera la que no quiere solucionar las demandas de la población. Y luego se pasaría al discurso sobre la necesidad de la nacionalización del cobre.
COMENTARIOS