La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Las declaraciones del presidente Pedro Castillo a CNN, en las que propone otorgar una salida al mar a Bolivia, han creado una explosión nuclear en las bases mismas del Estado, del sistema republicano como tal. ¿Por qué? Porque considerando los acuerdos bilaterales entre Perú y Bolivia, que establecen servidumbres a favor del país altiplánico –a través de la costa peruana– la propuesta de Castillo solo se entiende como una cesión de soberanía.
Igualmente, la propuesta de someter a referéndum una eventual salida al mar de Bolivia es otra bomba nuclear contra la integridad territorial, porque no solo significa contravenir la Constitución con respecto a los tratados internacionales, sino también desorganizar las fronteras nacionales construidas en 200 años de experiencia republicana.
La pregunta que surge, entonces, ¿qué debe hacer una república cuando su primer magistrado pone en peligro su unidad territorial? Una respuesta que se irá absolviendo con el transcurso de las horas y los días. Sin embargo, hay una institución que tiene un deber ineludible: el Congreso, por mandato de la Constitución, está en la obligación de pronunciarse ante el anuncio de cesión de soberanía nacional a Bolivia.
El Congreso no puede dejar de pronunciarse en uno u otro sentido. Finalmente, si el Legislativo contemporiza con las declaraciones de Castillo, la muerte del sistema republicano se habrá acelerado. Los países también se autodestruyen.
Las declaraciones del presidente Castillo con respecto a la cesión de soberanía a Bolivia son extremadamente graves. Violan abiertamente el artículo 118 de la Constitución, inciso 15, que, entre las obligaciones del jefe de Estado está la de “adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y de la soberanía del Estado”.
Asimismo, la propuesta de someter a un referendo una eventual cesión de soberanía pulveriza el artículo 32 de la Constitución que señala, con absoluta claridad, que no se someten a consulta popular los tratados internacionales. Vale recordar que el Tratado de Rectificaciones de Fronteras de 1909 firmado entre Perú y Bolivia (Polo-Bustamante) cierra las fronteras entre ambos países.
Considerando estos argumentos, ¿cómo así el Congreso evitaría pronunciarse sobre las declaraciones de Castillo? Imposible.
Una de las cosas más graves de las declaraciones del jefe de Estado a CNN tuvo que ver con la concepción sobre las fronteras nacionales. Sostuvo algo así como que ellas son relativas frente a la importancia de los hombres que viven a los lados de los límites territoriales. En cualquier caso, esta concepción de fronteras evoca la idea acerca de los estados naciones que cultivaban el bolchevismo y el internacionalismo comunista.
Pero lo más grave de esta concepción de fronteras del presidente Castillo es que ignora dos siglos de experiencia republicana para construir los límites territoriales nacionales, las guerras con países vecinos, los héroes y muertos de este largo proceso.
Luego de las declaraciones a CNN, el presidente Castillo ha dejado en claro que su proyecto principal está vinculado a las concepciones del Foro de Sao Paulo. El proyecto principal del mandatario peruano pasa por la convocatoria a una asamblea constituyente para instalar “una república plurinacional con equidad de género”. Y en ese camino, la integridad territorial del Perú y la continuidad del Estado y de las instituciones consagradas en la Constitución Política resultan asuntos relativos.
Por todas estas consideraciones y otras, es imposible que el Congreso deje de pronunciarse sobre las intenciones de Castillo de ceder la soberanía nacional del Estado.
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