La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Análisis de las propuestas en la CADE sobre lucha contra el crimen
Aunque aún hay tiempo para ajustar las propuestas de gobierno, ninguno de los cinco candidatos a la presidencia de la república que asistieron a la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2015) estuvo a la altura de las expectativas al abordar el problema de la delincuencia y el crimen organizado. Dejaron la impresión de que NO tienen una visión clara del problema y, por lo tanto, tampoco una estrategia integral para enfrentarlo.
En este portal hemos señalado que para derrotar a la delincuencia se necesita un liderazgo proactivo que sea capaz de plasmar un Acuerdo Nacional por la Seguridad basado en el compromiso de realizar las reformas necesarias para acabar con la corrupción y la impunidad, y que movilice a todas las instituciones del estado en procura del objetivo de acabar con la delincuencia y el crimen organizado: Policía, sistema de justicia, sistema penitenciario, y gobiernos regionales y locales.
Volviendo a la CADE, Keiko Fujimori abordó el tema desde una perspectiva policial y propuso enfrentarlo con políticas preventivas, equipamiento y capacitación de la policía, y medidas de emergencia (darle el control de los puertos a la Marina de Guerra, la seguridad exterior de los penales al Ejército, potenciar el INPE en los penales). Y Alan García planteó una ataque coordinado contra el hampa entre la Policía, la seguridad privada y el serenazgo municipal, a los que sumarían las fuerzas armadas.
Alejandro Toledo soltó una frase (“quiero matar a la inseguridad ciudadana”) pero ninguna propuesta; César Acuña planteó “romper la cultura de impunidad delictiva” con “mecanismos que aseguren el cumlimiento de la ley”, mejorando la policía y ampliando los juzgados de flagrancia. Y Pedro Pablo Kuczynski señaló la relación directa entre la corrupción estatal y la inseguridad; advirtió, además, que el país ya no puede tener un sistema de justicia como el actual. En este contexto propuso modernizar la policía, impunidad cero en la justicia, cárceles productivas y programas de prevención del delito.
Tales propuestas nos indican en primer lugar que los principales candidatos son conscientes de que es imposible postergar más la solución al problema y que parecen dispuestos a dar el primer paso indispensable para ganar la guerra: un Acuerdo Nacional por la seguridad ciudadana. También nos revelan que los candidatos tienen una clara voluntad política de librar el combate contra la delincuencia enfrentarlo, pero todavía no han logrado plasmar una estrategia.
La propuesta fujimorista, por ejemplo, se centra en lo policial e ignora el factor corrupción=impunidad, que es la raíz el problema: la delincuencia crece porque compra impunidad en la policía, la fiscalía, el juzgado, el tribunal y la cárcel. En estos errores caen también la propuesta aprista y la de Alianza para el Progreso, que si bien señala la “impunidad delictiva” no dice cómo acabar con ella.
La guerra contra el terrorismo nos dejó una gran lección que jamás debemos olvidar: cuando el estado fracasa ante el enemigo, la única manera de asegurar la victoria es integrando al pueblo a la lucha, ayudándolo desde el estado a que se organice, se movilice y se defienda del agresor, claro está: dentro del estado de derecho y bajo el control de las autoridades.
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