Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
Se abre otro conflicto social para el gobierno pepekausa
Todo indica que un nuevo conflicto social se acerca. En Cajamarca, el movimiento antiminero de la provincia de Bambamarca ha vuelto a replantear su estrategia contra todas las inversiones mineras. ¿Qué sucede en Cajamarca? El pasado 8 de julio el Frente de Defensa de los Intereses de Bambamarca paralizó y bloqueo la vía Cajamarca-Chota por 48 horas. En el sector denominado Samangay, un gran número de manifestantes bloquearon la carretera exigiendo el retiro de las inversiones mineras de la provincia de Hualgayoc-Bambamarca. Además, los dirigentes del Frente de Defensa han anunciado que en los próximos días se convocará a nuevas protestas, “con mayor contundencia”.
No descartamos que el enfrentamiento se desarrolle de forma violenta. Si ello ocurriera, el gobierno pepekausa tendría otro frente de conflicto que se sumaría a lo que sucede en el sur peruano, donde un paro de profesores tiene sitiado el Corredor Minero; a ello se añaden las protestas de la federación de trabajadores mineros, el paro indefinido de médicos y el de los trabajadores públicos del Poder Judicial. De allí que el Ejecutivo tenga que seguir con atención lo que sucede en Cajamarca.
Según los dirigentes del Frente de Defensa (uno de las organizaciones antimineras más importantes y radicales de Cajamarca) esta nueva protesta tiene una razón: la salida de todas las inversiones mineras que existen en la provincia y la prohibición de otros proyectos mineros futuros, incluyendo a Conga y al proyecto minero Coimolache-Tantahuatay. No es la primera vez que el radicalismo antiminero amenaza a las inversiones mineras. En marzo pasado ya hubo una manifestación contra la Compañía Minera Coimolache-Tantahuatay (cuya ampliación se hizo en el 2012, con una inversión de más de US$ 300 millones), para que se retire. En aquella ocasión Eddy Benavides, uno de los dirigentes y además alcalde de Hualgayoc-Bambamarca, exigió que la empresa minera cese sus actividades porque el proyecto estaba “destruyendo las lagunas, ríos y bofedales en Hualgayoc”. Por supuesto, Benavides no presentó ninguna prueba que respalde su afirmación.
Esta nueva arremetida contra las inversiones mineras en Bambamarca recompone a la organización antiminera. A principios de este año el Frente de Defensa había tenido una división interna entre quienes apoyaban a Benavides y un sector que criticaba al burgomaestre por utilizar este frente para sus fines electorales. No obstante, esta nueva protesta demuestra que las fisuras en el Frente de Defensa habrían sido superadas y que están mejor organizados. Ante ello, el gobierno pepekausa debe preocuparse.
Vale recordar que el movimiento antiminero le ha hecho un gran daño a la región cajamarquina. En esta región la minería moderna fue la palanca para el desarrollo. Si analizamos el aporte (valor agregado bruto) de cada sector productivo en Cajamarca, encontraremos que hoy la minería representa alrededor del 28%, en tanto que en 1985 era apenas el 2%. En otras palabras, en poco más de treinta años la minería ha pasado a aportar casi un tercio de la producción en la región cajamarquina. De allí que al paralizarse los proyectos mineros, el empleo baje y la pobreza suba. Agreguemos un dato más: en el 2005 el aporte (valor agregado bruto) de la minería era del ¡40%!, dos quintos de la producción total.
Cajamarca es hoy una de las regiones con mayor pobreza, mayor desempleo y menor calidad de vida, por culpa del movimiento antiminero. El gobierno pepekausa no debe permitir que el movimiento antiminero gane terreno y tengamos una repetición de lo sucedido con el proyecto Conga.
Fotografía: Perú21
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