La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Notables respaldan labor pastoral del Cardenal
El jueves pasado se conoció un pronunciamiento de diversas personalidades en respaldo a la labor pastoral del Cardenal Luis Cipriani y, una de las cosas más significativas del mismo, es la convergencia de políticos, empresarios, periodistas e intelectuales, que expresan todas las corrientes y aproximaciones ideológicas y políticas del país.
Sin temor a equivocarnos se puede sostener que detrás de esas firmas está la abrumadora mayoría del país. No se necesita mayor demostración para señalar que en el ánimo de los firmantes está el reconocimiento de que no se puede concebir la historia y el futuro del país al margen de la mayoría Católica del Perú. Quienes pretenden sostener lo contrario no están pensando en las libertades, la democracia, y los derechos civiles de las minorías, sino en estrategias de poder que pasan por demonizar a la jerarquía de la Iglesia Católica.
Como parte de sus estrategias de poder la izquierda suele apropiarse de ciertas banderas, como sucede, por ejemplo, en el caso de la defensa del medio ambiente. Los hechos nos demuestran que antes que defender la ecología, la izquierda intenta detener las inversiones en recursos naturales para profundizar la desaceleración y propiciar la legitimidad del discurso estatista.
En el caso del matrimonio homosexual y otros derechos, en realidad, a la izquierda no le interesa el avance de los derechos civiles, sino polarizar con la jerarquía Católica en el afán de dividir la natural convergencia de liberales y conservadores en la defensa de la democracia y la economía de mercado frente a la amenaza estatista y bolivariana. Hasta hoy lo han conseguido, pero el reciente e innecesario maltrato al Cardenal ha sido la gota que ha rebalsado el agua del vaso.
El resultado de esta campaña de la izquierda contra la jerarquía Católica es totalmente adverso a los derechos de las minorías. Con cargo a que los estudios y sondeos lo confirmen, se puede sostener que la aceptación de estas demandas civiles ha retrocedido décadas en el imaginario de la abrumadora mayoría Católica peruana.
Pero, ¿cómo así puede prosperar está absurda guerra anticlerical? Parte de la élite periodística se compra, con sorprendente ingenuidad, la estrategia de la izquierda y, de pronto, aparece una mayoría mediática que marcha a contracorriente de la vasta mayoría Católica.
Sin embargo, en vez de convencer, persuadir, la estrategia de ataque contra la jerarquía eclesial hace que el Católico de a pie, que ese mundo ancho, ajeno, inasible, que representa el Catolicismo en estas tierras desde la Conquista española, se transforme en un Catolicismo militante, metálico, alineado detrás de su jerarquía eclesial. ¿Adónde nos puede llevar semejante confrontación? ¿No estamos preparando las fórmulas de diversas formas de intolerancia?
Tener la mayoría mediática no debe llevar a desconocer el humor de las mayorías nacionales porque las reacciones quizá nadie las pueda controlar, sobre todo, en cuestiones de la fe. En ese contexto, el pronunciamiento de los notables que comentamos, nos parece que puede ayudar a que la cordura regrese en los debates sobre el avance de los derechos civiles en el país. Y la cordura nos indica que un bolivariano, un chavista, enemigo central de las libertades en América Latina, no puede aparecer “defendiendo derechos” y proceder a atacar a la jerarquía eclesial.
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