La comisión de Constitución del Congreso de la R...
A estas alturas se puede sostener, sin temor a equivocarse, que la administración Castillo no tiene una estrategia para la gestión de los conflictos sociales alrededor del sector extractivo y, sobre todo, de la minería moderna. Desde el día miércoles 17 pasado, diversas organizaciones en Moquegua convocaron a un paro indefinido que, al cierre de esta edición, aún se mantiene. El paro indefinido ha puesto en jaque dos de las operaciones más importantes de cobre del Perú en las regiones del sur: Cuajone (Southern) y Quellaveco (AngloAmerican). Si bien la última está en construcción, entrará en producción a principios del 2022.
¿Qué demandan las organizaciones que ahora convocan a una medida de fuerza que atenta directamente contra la recuperación económica y la minería moderna? Aquí hemos analizado con atención la veracidad de los reclamos y demandas de los dirigentes que representan a las comunidades de Torata (aledaña a Cuajone) y de Tumilaca, cercana a Quellaveco; demandas que se presentan como justificación para el paro indefinido en toda la región moqueguana.
Los dirigentes de las comunidades denuncian una posible contaminación de los ríos Torata y Tumilaca, por parte de las empresas mineras. Semejante imputación no tiene respaldo técnico. Por ejemplo, existe un informe de la Gerencia Regional de Salud del GORE que indica que en las aguas del río Tumilaca no existe contaminación por metales pesados. No solo eso. No podría existir contaminación de las aguas del río Tumilaca porque ¡Quellaveco no está en producción, sino en construcción!
En Torata sucede casi exactamente lo mismo. No hay ninguna evidencia de contaminación de Cuajone. Otro informe “Diagnóstico de saneamiento básico del distrito de Torata”, desarrollado por la Dirección de Salud (Diresa) de Moquegua, señala que si bien los metales pesados existen, se debe a la contaminación natural. Moquegua es una de las regiones volcánicas con mayores concentraciones de metales por lahares. Asimismo, la mala calidad del agua para consumo humano en Torata obedece a deficiencias en la infraestructura de los sistemas de tratamiento y abastecimiento de agua potable.
Es, pues, evidente que la razón verdadera de algunos dirigentes para promover paros contra las empresas mineras no es técnica sino ideológica y política. Uno de los líderes es Miguel Vizcarra, hombre de izquierda que postula hoy a la presidencia de la Junta de Riego de Moquegua y se presentaría como candidato a la provincia de Mariscal Nieto. No solo eso, el congresista Samuel Coyla, de Perú Libre, también promueve el paro.
Como dijimos, el gobierno no tiene una estrategia clara para la gestión de los conflictos sociales. Por el contrario, en el marco de las elecciones presidenciales, Castillo prometió nacionalizaciones y estatizaciones, y desarrolló diversos falsos relatos contra la minería moderna. Ahora la administración Castillo paga caro todas las promesas populistas de la izquierda.
Si Quellaveco y Cuajone se paralizan sería una tragedia para la economía nacional. Cuajone produce al año alrededor de un millón de toneladas métricas de cobre. No obstante, este paro amenaza la operación. Y Quellaveco entraría a operar desde la primera semana de enero del próximo año.
Lamentablemente el Perú se ha convertido en un polvorín que destruye las inversiones y aumenta la pobreza.
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