Las bancadas de la centro derecha –entre ellas Fuerza Po...
En el norte —en la región Ancash— un convenio entre la compañía minera Antamina y el Ministerio de Agricultura permitirá en el valle Fortaleza la llamada “cosecha de agua” para beneficiar a más de 1,500 productores agrarios. Así también en el sur —en el Cusco— otro ambicioso programa se desarrolla en Kerakera, Qollotapampa, Coparaqay - Janapampa y Uchucarcco Bajo - Wincho, pertenecientes a la Comunidad Campesina de Uchucarcco, en el distrito de Chamaca (provincia de Chumbivilcas). La compañía minera Hudbay Perú —que opera en la zona—, el Estado y las comunidades vienen impulsando el ambicioso proyecto “Ampliación y mejoramiento del sistema de riego en la comunidad de Uchucarcco”. Una muestra más de cómo la empresa privada cumple con la responsabilidad social que asume, promoviendo obras en los lugares donde se establece.
La inversión de S/ 22 millones destinados para el proyecto Uchucarcco permitirá el aprovechamiento agrícola de 800 hectáreas, que serán beneficiadas con 2.2 millones de metros cúbicos de agua provenientes de tres lagunas represadas: Qesoqocha, Japuqocha y Yanacocha, ubicadas a las alturas de la propia comunidad. El sistema de riego tecnificado por aspersión beneficiará a más de 2,000 pequeños productores de la zona. El expediente técnico del proyecto, que ha sido aceptado ampliamente por la comunidad, estuvo a cargo del Comité Multisectorial de Desarrollo de la misma comunidad. La identificación del agua como parte de la comunidad ha sido uno de los factores más importantes para la ejecución del proyecto; es decir, el agua es parte de la comunidad porque es el esfuerzo de su mano de obra. Es así que la empresa local Andina Soluciones, por encargo de la empresa minera Hudbay, es la que realiza el trabajo de desarrollo de tuberías por donde discurrirá el agua para los sembríos.
En las comunidades andinas el agua para los cultivos y la ganadería es vital y tiene un valor netamente productivo porque permite mejorar y diversificar la producción, ampliando las áreas de cultivo y de ganadería. Y es el agua la excusa que utiliza el ambientalismo ideológico para soliviantar a los poblados de las comunidades en el interior del país, con el fin de detener los proyectos extractivos que han permitido que la pobreza retroceda en los lugares más apartados del país. En estos días, los antimineros se encuentran ocupados organizando rondas campesinas con fines totalmente políticos. Militantes del Movadef (vinculados al terrorismo senderista) y de la izquierda radical recorren los poblados argumentando falazmente que no es posible el desarrollo de la minería de la mano con la agricultura y ganadería. Falso.
Así como en el valle Fortaleza y Chumbivilcas se desarrollan exitosos proyectos hídricos, así también en Arequipa la compañía minera Cerro Verde ha construido la planta de procesamiento de aguas residuales La Enlozada para proveer de agua potable a la ciudad. Y en Cajamarca el proyecto Conga construyó el reservorio Chailhuagón para beneficiar a las comunidades agrícolas de la zona. Entonces, vale preguntar ¿quiénes en verdad son los enemigos del agua? ¿No es acaso el radicalismo antisistema el que les niega a los pobladores mayores volúmenes de agua a disposición, el recurso que los sacará de la pobreza? Por ideología, entonces, el ambientalismo radical pretende profundizar las contradicciones sociales promoviendo la pobreza en lugar del bienestar y el desarrollo.
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