Editorial Economía

¿Un Perú sin reformas?

¿Un Perú sin reformas?
  • 13 de octubre del 2016

¿Y la reforma laboral o el shock de simplificación administrativa?

A medida que se acerca el fin de año empieza a surgir la percepción de que el Gobierno no utiliza correctamente el período de gracia o luna de miel, del que suelen gozar las administraciones entrantes, para impulsar reformas centrales para el futuro del país. De una u otra manera, el Gobierno se sumergió en la polaridad artificial alrededor de la delegación de facultades legislativas —promovida por un sector mediático— e hizo suya la idea de que sin esa autorización no se podía gobernar. Ahora, con la delegación en la mano, la sensación de que no hay reformas en camino comienza a acentuarse.

Pensar en reformas más allá de la luna de miel de la administración PPK sería una locura. Por ejemplo, por mencionar dos casos, la reforma de la legislación laboral y el shock de simplificación administrativa que el Perú necesita para abandonar la condición de uno de los países más sobrerregulados de la región, no obstante los TLC que se han firmado. Diversos estudios de organismos multilaterales señalan que la reforma laboral es una de las claves para recuperar competitividad y alejar al país de la peligrosa trampa de ingresos medios, a la que parece acercarse. ¿Alguien cree que el Gobierno se atreverá siquiera a hablar del tema cuando baje la popularidad?

Ni qué decir de la necesidad de producir una convergencia entre el Ejecutivo y el Legislativo para desmontar toda la maraña de procedimientos inacabables establecidos en los ministerios, las regiones y los gobiernos locales. Una administración que empieza a ser emplazada por las demandas más sentidas e inmediatas (seguridad ciudadana, reactivación económica y conflictos sociales) no tiene tiempo ni espacio para plantearse la simplificación de los procedimientos del Estado.

Si una administración no se plantea semejantes reformas menos se pondrá a delinear una reforma integral del Estado, algo que debería formar parte del legado pepekausista. En cuanto a la educación, una mayoría mediática pretende señalar que el camino estatista emprendido por el Ministerio de Educación es la ruta correcta, cancelando cualquier posibilidad de debate. Y en cuanto a la salud, los audios del ex asesor Carlos Moreno, que demuestran incuestionablemente la corrupción en el Estado, sirven de pretexto para que la izquierda lance una ofensiva contra la participación privada en el sector, en vez de proponer una reforma de la salud estatal.

Como se aprecia, la posibilidad de reformas centrales que agreguen competitividad a nuestra economía e incrementen la potencialidad de crecimiento se difumina cada vez más. Pero eso no es todo. Intentar ordenar, sin reformas, el desastre heredado del nacionalismo es la peor de las apuestas. Ni se ordena bien ni se hacen reformas. Por ejemplo, economistas serios señalan que el déficit fiscal está más cerca del 4% del PBI, que la recaudación tributaria sigue en caída y que la deuda pública ya se dispara sobre el 25%.

En medio de estas malas noticias, el Estado es incapaz de reducir gasto corriente y todo indica que cualquier recorte apuntará a la inversión pública. En este contexto, ¿cómo insistimos en bajar un punto del IGV y en el llamado paquete tributario? Todo suena a parches apurados ante la falta de reformas.

Si las cosas siguen de esa manera, a medida que avance el calendario indefectiblemente se notará la renuncia o la falta de voluntad para emprender reformas centrales. Contemplaremos una administración que empezará a ser cercada por las demandas inmediatas de la población y, de una u otra forma, se dibujará un Gobierno mediocre.

Si la mayoría fujimorista cree que puede aplaudir semejante resultado se equivoca de cabo a rabo. Un gobierno mediocre lentificará el crecimiento, resucitará el discurso estatista en el 2021 y amenazará las posibilidades naranjas. Ojalá no suceda y solo pequemos de alarmismo, en este caso un sano y constructivo alarmismo. No es tarde para emprender el camino de las reformas.

 

Ilustración: Giovanni Tazza de http://elcomercio.pe/

  • 13 de octubre del 2016

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